Ascenso Málaga CF: Con ADN de La Academia

Más de la mitad de la plantilla es canterana y marcó el 74% de los goles oficiales de la temporada para volver

El paso adelante de los Roberto, Kevin, Larrubia, Dani Lorenzo...

Minuto 122, historia del Málaga CF

Varios canteranos en la celebración
Varios canteranos en la celebración / MCF

30 de junio 2024 - 06:39

El fútbol es una máquina permamente del progreso, con modas, tendencias que transgreden la naturaleza del deporte, convirtiéndolo en un nuevo paradigma. El elemento de la cantera, salvo casos muy excepcionales, aparece en el imaginario colectivo en periodos críticos, como ese segundo plato o aquello a lo que acudes como plan B o C y debes poner buena cara. Si falta algún elemento en una plantilla, acude a la cantera, como si de un bazar se tratase o un eslogan poco creativo. El Málaga CF sustentó este ascenso en La Academia, de forma forzosa y lejos de ser una línea marcada, sí por Loren Juarros, que llegó a Málaga con ese mensaje de frescura, tratando de emular su trabajo en la Real Sociedad. Ya con acercarse es un éxito. Sonó osado, a la par que ciencia ficción, una cortina de humo. Está bien el concepto, pero las exigencias deportivas del club, un aterrizaje forzoso en Primera RFEF y obligado desde el día uno, no invitaban a ese contexto. Pellicer ejecía de padre de esa camada, con capacidad de dar collejas o regañinas. Con el agua al cuello, La Academia brilló con luz propia, descuidada en la historia reciente del club, una de las muchas parcelas donde domina el polvo. El ascenso es algo fantástico, una lanzadera sin paragón, y que se haya conseguido con ADN de Málaga no solo sabe mejor, sino que establece unas bases potentísimas para seguir creciendo. Será difícil retener algunos elementos, pero es la muestra que pretende Loren Juarros, quien ha dado con esa fórmula.

32 jugadores ha empleado Sergio Pellicer durante la temporada en partidos oficiales (cuatro canteranos más fueron convocados). De ellos, 19 son malagueños y/o formados en las categorías inferiores de la Academia. O sea, un 60% prácticamente. El impacto de la gente de la casa aumenta con los goles. Siete de los ocho tantos conseguidos en el play off de ascenso fueron de canteranos (Cinco de Roberto, Dioni y Antoñito Cordero). De los 60 goles metidos esta temporada, dos fueron en propia puerta. De esos 58, 43 los metieron canteranos y 15 jugadores de fuera. Es decir, un 74% de los goles fueron conseguidos por canteranos o malagueños de la entidad. Números con los que, filiales aparte, sólo compite el Athletic Club en el fútbol profesional.

“Estoy absolutamente determinado en lo que he venido a construir a Málaga. Lo dije el primer día. Vine porque la administración y la dirección general estaban buscando algo así y les hice unas premisas de cómo trabajo yo, en lo que creo dentro del fútbol, y eso no va a cambiar. Estoy absolutamente determinado a llevar este proyecto hasta sus últimas consecuencias. El primer paso no ha sido fácil, pero lo hemos logrado. Lo siguiente no va a ser fácil, pero seguiremos trabajando con confianza, con compromiso y determinación para hacer siguiendo crecer al Málaga. Lo tengo muy claro, es lo que he mamado, en lo que he crecido, en lo que creo y así voy a seguir”, decía Loren en declaraciones a Málaga Hoy tras el ascenso a Segunda División. Esa cabezonería del director deporttivo tiene identidad: La Academia. Ese bloque de jugadores que han mamado malaguismo, en tiempos oscuros del club, viendo que el primer equipo, la máxima aspiración, iba cayendo en picado. Una especie de estafa piramidal.

Larrubia, en el vestuario de Tarragona
Larrubia, en el vestuario de Tarragona / Carlos Guerrero

El primero que viene a la cabeza es Roberto, siendo de Puente Genil, el acento lo tiene inmaculado, pero ya malagueño por los cuatro costados. Llegó a Málaga a los 16 años tras ser descartado por el Sevilla y Córdoba. 20 goles le contemplan, una camiseta que si ya pesaba toneladas, el ser nueve del Málaga, no hay grúa que lo levante. Con un impacto sin precedentes en un play off: cinco dianas y mostrando una frialdad impropia en un chico que ronda los 22 años. Ya es leyenda del club, delanteros que antes escribieron grandes páginas como Basti, consejero y confidente en el día a día, o un tal Catanha, el último malaguista en alcanzar la veintena de tantos. Se sienta en esa mesa con gran presencia.

Como una lapa, está Kevin Medina, el agitador en la vuelta ante el Celta Fortuna en La Rosaleda. La magia, la picardía, el caradura de este Málaga. De vuelta tras una temporada poco prolífica en Portugal, pero dio el paso, por tramos, no falló a la hora de la verdad. En el mismo pack que David Larrubia, el genio de La Luz y en el balcón del Ayuntamiento. En Mérida se hizo grande con su hermano Dani Lorenzo. Vaya futbolista el marbellí, quizá el que más talento tiene al peso en esta plantilla. Un futbolista elegante, fino y que transmite cosas. Ha ido creciendo exponencialmente, y será uno de esos jugadores estructurales en el próximo Málaga CF.

Kevin y Dani Sánchez
Kevin y Dani Sánchez / Carlos Guerrero

Carlos López en portería, el héroe de Barakaldo, uno de los grandes proyectos que tiene entre manos el Málaga tras muchos años. Un chico que lo tiene todo: unas cualidades impresionantes, buena planta y un cielo de chaval. Quemó todas las etapas en La Academia. A sus 19 años, una temporada enriquecedora. Genaro Rodríguez, un capitán firme pero guasón, le rebautizó como “Mini Casillas”. Alfonso Herrero, quien siempre lo puso difíci, habló maravillas constantes de Carlos López. Avanzando en las líneas del campo, la figura de Juande Rivas, también cordobés como Roberto, de una generación anterior (25 años). Relegando a Nelson Monte en la protección y dando un gran nivel, de ese Juande bisoño que Pellicer echa a rodar. Todo indica que no seguirá, pero se puede marchar en paz.

Antoñito Cordero, otro malagueño de adopción, el héroe de este ascenso, esa secuencia que mejor sintetiza la línea marcada del club. Desde cadetes en el club, nacido en Jérez de la Frontera, procedente del Betis, que vetó su regreso al Sevilla y facilitó su aterrizaje en Málaga. Historia viva del club con solo 17 años. El control, la pausa, el amago y ese remate con lo que fuera en Tarragona... Una jugada por y para siempre. Ese choque con Galilea. “Has subido al puto Málaga a Primera División”. Un pack con Aarón Ochoa, natural de Marbella, Un nervio de 16 años, que rápidamente captó la atención de Pellicer. Esa diagonal en Tarragona fue salirse del guion, disparo y rechace que aprovechó Dioni Villalba, que reúne más años que Cordero y Ochoa. Otro malagueño, que esperó una carrera de sufrimiento, viajes y muchos goles para formar parte de este ascenso, el tener la oportunidad de jugar en su Málaga CF. Perdió el sitio, algún gol se echa en falta en su tarjeta, pero coló la que tocaba. Y expandiendo ese sentimiento malaguista. Mención para los Ramón Enríquez o Haitam, proyectados como fichajes y problemas físicos que hicieron daño. Más Diego Murillo, un guerrero, Moussa Diarra, un proyecto que explotará algún día, o Dani Sánchez, pegamento en esa piña, más sangre malagueña. El amor propio apareció para que el club huyera de este infierno.

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