Altercados entre ultras antes del Marbella-Atlético cerca de La Rosaleda

La previa de lo que debía ser una fiesta del fútbol entre el Marbella y el Atlético de Madrid, con todas las entradas vendidas de La Rosaleda para un partido de Copa del Rey, fue empañada por incidentes provocados por el Frente Atlético, los radicales del Atlético de Madrid, y ultras no identificados si del Málaga CF o del Marbella, según los testigos presenciales.

Los incidentes ocurrieron en la Mesón Segalerva, en la zona de Segalerva, a pocos metros del estadio malaguista, donde según presentes y los vídeos que acompañan la información, se produjo una batalla campal, durante varios minutos, provocando desperfectos en el bar y los aledaños. Los radicales colchoneros llegaron con custodia policial a Málaga y estuvieron paseándose por la capital horas antes. Pero en la sobremesa se produjeron los incidentes y se requirió de la intervención policial.

Pasadas las tres de la tarde llegó la tormenta en lo que era una apacible tarde de sábado en el Mesón Segalerva, a pocos centenares de metros en La Rosaleda, acostumbrado a acoger a aficionados rivales en las previas de los partidos, pero esta vez se armó la marimorena. Los destrozos quedan para los dueños del negocio. Uno de ellos, Miguel Ángel Jiménez, lamentaba en Málaga Hoy lo que había sucedido y explicaba lo que había acontecido.

"Ha llegado un grupo de Policía Nacional, se ha acercado aquí a la puerta y nos ha preguntado. 'Traemos un grupo de radicales del Atlético de Madrid controlado. ¿Les puedes ponerte una cervecita?' 'Sí, yo les pongo una cervecita'. Y a los ocho o diez minutos, pues han llegado por allí, nos han dicho que eran del Frente Bokerón o radicales del Marbella, o quien sea, no sé quién son. Desde allí enfrente les han lanzado para acá bengalas, piedras y demás. Y ellos pues me han desvalijado a mí toda la terraza, me han lanzado toda: sillas, mesas, platos, vasos... Todo lo que había ahí al jardín y para allá, lo han lanzado todo. Y ha acabado por dejar la calle como está, llena de cristales, llena de todo", se lamentaba Miguel Ángel. Los radicales atlético, a los que persigue un historial bastante conocido, estaban escoltados por miembros de la policía desde que llegaron a Vialia al mediodía. Y desde allí fueron a las inmediaciones del estadio. El partido no estaba declarado de alto riesgo, no se consideró necesario por parte de las autoridades, aunque sí existió esa protección policial a los seguidores radicales del Atlético de Madrid. Sorprendió a las autoridades policiales, la relación con los grupos malagueños no era considerada mala.

"Ahora, a hacer frente a los destrozos. Nos han roto el cristal de una pedrada, hay diez o doce sillas rotas, una mesa, otra silla de madera que está aquí y se lo han llevado, los platos que había por aquí los han lanzado todos. Por dentro no hemos tenido destrozos grandes, pero lo que han podido coger para lanzar, una silla y una pila de platos, vasos y los servilleteros, todo lo que han podido, lo han lanzado todo", proseguía su relato el dueño del Mesón Segalerva, que celebraba que no hubiera daños personales, pero que no entendía la labor policial: "¿La Policía? No han sacado ni las porras. Se han quedado como que la vida no va con ellos. Que es lo que le he dicho, si me metéis aquí un grupo y decís que os hacéis responsables, luego no os podéis quedar cruzaditos de brazos mientras está liando todo lo que se está liando. Ahora me revientan a mí que soy un simple autónomo el negocio. ¿Y ahora quién lo cubre? ¿Quién lo paga? Porque la policía se lava las manos...", lamentaba Miguel Ángel, uno de los grandes perjudicados por la batalla campal de los ultras. Vecinos y clientes de bares aledaños contemplaron con estupefacción la escena, había niños presentes a poca distancia y en los pisos superiores. Se enciederon bengalas y se lanzaron objetos contundentes.

El historia delictivo del Frente Atlético es amplio, con muertes a sus espaldas. Después fueron llevados a la Plaza de la Merced, donde también se hicieron notar. Ultras malaguistas también provocaron incidentes en octubre en la visita a La Coruña. La Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, propuso semanas atrás una sación de dos años sin poder entrar a recintos deportivos a los tres ultras que fueron vistos en Riazor, en el duelo Deportivo-Málaga, que ya tenían prohibida la entrada a un estadio. "Propuesta de sanción de 60.000 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de 24 meses a tres aficionados visitantes que, teniendo en vigor sendas prohibiciones de acceso, fueron localizados en el interior del estadio con ocasión del encuentro: RC Deportivo de La Coruña- Málaga CF", señaló la Comisión en un comunicado.

Además, también señalaba a otra cantidad importante de aficionados con "prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de seis meses a 140 aficionados visitantes que, en la noche anterior al día del partido, alteraron gravemente el orden público y causaron numerosos desperfectos en un local de hostelería situado en la calle Almirante Cadarso con ocasión del encuentro: RC Deportivo de La Coruña-Málaga CF". Además, 3.500 euros para cada uno. Es la propuesta, a expensas de recursos.