Un binomio llamado Febas-Castro
El mediapunta y el delantero fueron lo más destacado del partido, especialmente el catalán que generó lo que el canario no materializó
El partido en Burgos supuso un jarro de agua fría para todos, club, jugadores y afición. Se esperaba otra imagen, otro poso en la idea y planteamiento del equipo, pero era también algo asumible, posible. 12 fichajes y un nuevo sistema necesitan tiempo para encajar y en eso está Pablo Guede. En cualquier caso, en el mar de dudas que fue El Plantío, hubo varias certezas como el binomio de éxito que se augura con Aleix Febas y Rubén Castro.
Febas fue el mejor del partido. El catalán demostró desde primera hora el porqué de su apuesta en el club por él. Marca diferencias y genera y toma el tempo en los últimos metros, donde mejor demuestra la sangre fría con la que decide. De sus botas nacieron las acciones de mayor peligro que llevó el equipo al área, fue el que inició, rompió y encontró el espacio para encontrar al que resultó ser su mejor socio, Rubén Castro.
El delantero demostró dos cosas en su primera puesta en escena en partido oficial con la blanquiazul: la primera que sigue teniendo el mismo olfato dentro del área, sabe cuándo tiene que desmarcarse y dónde esperar la pelota; lo segundo que aún debe afinar la puntería. El canario se topó en el cara a cara con José Antonio Caro, posiblemente el mejor jugador del Burgos el pasado domingo, con dos paradas excelsas ante el malaguista, una de ellas a bocajarro en el tiempo de descuento que amarró dos puntos.
Febas se mostró muy fino, apareciendo entre líneas y rompiendo con facilidad, partiendo especialmente desde el costado zurdo. Falló sólo seis de los 27 pases que intentó (78%), dio tres pases de gol, completó cuatro de seis regates y ganó nueve de sus 19 duelos. Castro por su parte tocó mucho menos la pelota (23) que Febas (50), pero anduvo preciso en el pase (77%) y probó el disparo en cuatro ocasiones, dos de ellas con la atajada salvadora de Caro.
Como primera prueba de contacto, ambos demostraron una muy buena sintonía en el verde. Curiosamente son dos jugadores de carácter similar, introvertidos pero muy concisos y claros cuando tienen que alzar la voz. El catalán fue el que habló tras el partido para hablar de "cura de humildad". Su descaro no es exclusivo con la pelota.
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