La camiseta del Málaga en homenaje a Gallardo, un regalo de Alfonso Herrero a la familia
El portero se encuentra con el padre y los sobrinos del portero en La Rosaleda en un reportaje de 'Málaga Hoy'
Vídeo: Benítez no le dejaba usar la amarilla
La fotos de la entrega de la camiseta a la familia
Como el barco de Teseo, La Rosaleda es la misma en esencia aunque no quede ni una madera de la nave original, de la que recuerda Joseíto Gallardo de los tiempos en que su hijo defendía la portería del Málaga, entonces Club Deportivo. Un paseo tranquilo, departiendo con sus nietos y Alfonso Herrero hasta la puerta 13, que rinde honores a El Guardián de Martiricos. José tiene que hacer de tripas corazón. Se para delante del mural que honra la memoria de su hijo y no puede sujetar las lágrimas. Una mezcla de dolor y fuerte orgullo por aquel niño de La Carihuela que estaba destinado a ser un portero de leyenda. Alfonso le abraza, aprieta fuerte su hombro. Toca tragar saliva.
El motivo de la reunión merecía el esfuerzo. Sus nietos, José y Víctor, querían darle la sorpresa y mereció la pena. Recordaban los colores que solía utilizar, las pocas estampas y fotos de la época te llevan a camisetas Massana, Rasán o incluso Adidas. Alfonso entrega una réplica de los dos modelos que sirvió Hummel para el Málaga-Ceuta, donde se celebraron los 120 años del fútbol en la ciudad. Le tocó jugar con la roja, aunque la idea era la verde, que finalmente va al museo personal del padre de José Antonio Gallardo, enmarcada junto a la prenda que vistió el Toto, como le decían algunos cariñosamente.
Aunque la pared en blanco y negro no deje verlo, su sobrino José recuerda que esa precisamente de su tío era verde. “Le gustaba mucho ir de amarillo también, pero por superstición Benítez no le dejaba usar mucho ese color”, apuntaba su padre, Joseíto, ante la atenta mirada de Herrero.
El cancerbero del Málaga había recibido un mensaje de Víctor por Instagram que leyó casi de casualidad. Bendita casualidad. “En general no suelo mirar mucho las redes sociales, pero ese día miré y me llamó la atención el nombre de su cuenta, @viajaconvictor, y lo pinché. Ya leí todo lo que me puso, que era de la familia y me pareció interesante comunicárselo al club para poderles hacer llegar la camiseta. Me parece un gesto, ya no por bonito, sino natural, tener un detalle con la familia”, contó uno de los capitanes del cuadro blanquiazul, que en poco tiempo está haciendo gala de unos valores que impregnan escudo y camiseta.
Víctor contaba que fue casi inesperado y que le escribió por probar fortuna aunque pensaba que siendo un futbolista reconocido igual caería en una lista interminable de mensajes: “Alfonso es espectacular. En Miranda fue el mejor, uno de los mejores porteros de Segunda División. Fue sorprendente que firmara por el Málaga, bajando una categoría y está demostrando este año que es el mejor portero de los dos grupos sobradamente. Es un espectáculo como portero y está demostrando serlo como persona. Detalles así, no sé… le hablará mucha gente y ha tenido el detalle… muy contento de poder estar en La Rosaleda junto a él con mi hermano y mi abuelo”.
Es abonado de Fondo Norte y ha sido, como su hermano José, portero de la cantera del Málaga. “Lo veo cerquita, estoy justamente detrás de la portería. Da gusto verlo hasta calentar”, añadía Víctor: “A mí cuando me llegó la noticia me pareció un detalle muy bonito ese homenaje y ese guiño a los años 80 y 90. Y más bonito aún que la equipación de portero fuese en recuerdo de mi tío, porque por aquí han pasado muy grandes porteros como el mismo Fernando Peralta, que fue compañero de él. Y que la camiseta sea en honor de José Antonio Gallardo Marín para la familia es un placer y un orgullo”.
José, unos años mayor que él, seguía la misma línea: “Estoy muy contento porque veo que año tras año se siguen acordando de mi tío, lo homenajean y la verdad es que es un orgullo para la familia. Me encanta porque veo que a mi abuelo le sigue llenando de ilusión que se sigan acordando de su hijo y es precioso. Siempre que nos llamen vamos a estar para que su nombre siga ahí arriba y la gente se acuerde de él. Alfonso ha tenido un gesto muy bonito que no todo el mundo lo tiene. Muy agradecido”.
Joseíto estaba embargado por la emoción: “Esto me lo llevo yo, esto me lo llevo yo. Detalles como éste no tiene punto de comparación, no hay cómo agradecérselo. Hay que ponerle un monumento a Alfonso. Yo tengo una, que es la que tengo en casa enmarcada, de cuando jugaba. Con esta vamos a hacer igual, la vamos a enmarcar para ponerla al lado. En el mejor sitio de la casa”.
Alfonso Herrero es un chico de Toledo que aún no tiene ni 30 años. Ni siquiera había nacido cuando sucedió el trágico incidente que le costó la vida a Gallardo. No tardó en ponerse al día con la historia: “Me siento feliz de poder hacer algo así, también el Málaga. Yo soy un actor más del club y me parece muy bonito contribuir a un momento especial. Había conocido el nombre y sabía que era una persona muy querida. Me pusieron al día sobre todo a raíz de las camisetas retro. Es muy bonito poder aportar mi granito de arena con la familia y estoy muy contento de poder hacerlo”.
Dejaba una reflexión que muchos deberían firmar con sangre: “Te ayuda a tener los pies en el suelo, saber dónde estás, que donde tú están pisando ha pasado gente muy importante que hay que respetar y saber valorar todo lo que estás representando en este momento”. Efectivamente, considera que la mejor manera de honrar el pasado de la institución y los que estuvieron antes es hacer historia: “Lo vamos a intentar, lo llevamos intentando todo el año y el equipo está preparado, eso seguro”.
Récord de imbatibilidad
Herrero, como antes decía Víctor, está siendo un pilar básico del Málaga, récord incluido. “Ya se me va conociendo, aparte de que considero que hay que seguir trabajando y que no significa gran cosa. Hombre, es un orgullo poder batir cualquier récord, pero prefiero que los partidos acaben 4-3 y el equipo gane. Creo que últimamente nos está faltando un poquito arriba pero lo vamos a recuperar y de cara a final de temporada el equipo va a llegar en un momento muy bueno para el play off”, argumentaba el cancerbero.
Canteranos y porteros del Málaga
José (1986) y Víctor (1992) estuvieron en las categorías inferiores del Málaga hasta juveniles. Ambos trataron de seguir los pasos de su tío, al que no llegaron a ver jugar al fútbol pero cuya figura les ha acompañado todos los días de su vida. Tuvieron, no obstante, la ocasión de entrenar en más de una ocasión con el primer equipo en diferentes etapas.
“La primera vez que vine entrené con Juande Ramos y fue alucinante, yo tenía 16 años recién cumplidos. Venía de ganar el Málaga 2-1 al Sevilla. Llegué al vestuario, no faltaba ningún detalle, las camisetas todas muy bien puestecitas. Me senté y Fernando Sanz: “Hola, soy Fernando Sanz”. Y yo: “Ya, ya...”, rememoraba con cariño y risas José. “Una etapa muy bonita de mi vida. En dos o tres años entrené con Juande, Gregorio Manzano, Antonio Tapia… Me lo pasaba bomba”. El aire físico que se daba al hermano de su madre asombraba a más de uno de los que estaba en aquella cantera. Tapia uno de ellos.
“Primero estuve con Muñiz. Hablando de míticos porteros, Francesc Arnau y Goitia. Yo antes de jovencito tenía melena rubia, ahora nada de eso… Recuerdo que Jesús Gámez y Apoño le decían a Arnau “ahí viene tu hijo, Francesc”. Había un poco de cachondeo”, tiraba de memoria Víctor, que también se reía de la guasa que le tocaba vivir y, de paso, traía al presente también al que fuera portero y capitán, otro que por desgracia ya no está presente.
Además, vivió los años más dulces: “También con Julio Baptista, Isco, Maresca... estaba el portero Rodrigo Galatto. La época de Pellegrini. Algo inolvidable. Me tocó uno de los primeros días que vino Baptista, ahí en el Anexo. La verdad es que no veas cómo remataba. Alguna les paraba, pero muy pocas. Eso nunca se me olvidará”, cerraba Víctor.
Ahí se apuntó con una anécdota personal el propio Alfonso Herrero, que de sus años en la cantera del Real Madrid también tenía recuerdos similares. “Le paré un penalti a Cristiano Ronaldo, eso se queda para mí”. Y a los cuatro les queda una comida pendiente, más distendida y familiar, en La Carihuela, donde nació el mito José Antonio Gallardo. El Guardián de Martiricos.
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