Un cóctel muy peligroso

La mejoría en el juego, con buenos minutos ante Lugo y Oviedo, queda sepultada por la posición en la tabla del Málaga, que afronta una semana crucial para su futuro

Buitres revoloteando, situación institucional, afición enfadada... Un clima complicado

La oposición a la nueva Ley del Deportes

Los jugadores del Málaga CF, al final del partido en Oviedo. / La Otra Foto

Avanza la temporada y el Málaga sigue atrapado en el barro. Se pegan acelerones y se gana algún metro, pero el coche no funciona. Los demás empiezan a escaparse y sólo el Mirandés está por detrás. Y ahí atrancado en la curva. Es complicado hablar de brotes verdes con la tendencia de resultados del equipo. Lo cierto es que se han enlazado dos partidos con quizá los mejores minutos de la temporada. El primer tiempo del Lugo y los primeros 45 minutos de Oviedo fueron óptimos, sobre todo si se hubiera eliminado esa mano de Escassi, sólo mínimamente comprensible con el Nuevo Testamento del fútbol.

Hay progresos en el juego, el equipo empieza a ser más lógico, está más ordenado y comprende a lo que debe jugar. Mel está tomando decisiones, que es lo que se le pide a un entrenador en una situación límite. Saldrán bien o mal, pero se mueve. Está apostando por gente de la cantera que ve que puede ayudar, está prescindiendo de algunos jugadores con pedigrí y caché pero que están en la inopia. Pero es como plantar flores en un campo de batalla. Al equipo le cuesta un mundo sobreponerse a adversidades, por más que sean inmerecidas por lo desplegado en el césped. Pero la justicia en el fútbol son los goles. O la ausencia de ellos.

El clima es propicio para zarandear y abrasar a quienes mandan. Ha habido múltiples errores, pero también hay mucho buitre revoloteando para pescar algo o meter la cabeza en el club. La situación institucional, judicializada y para largo (se espera para la segunda mitad de 2023 el juicio oral con los Al-Thani tras el cierre de la instrucción del lunes), engrasa el descontento. Hay también un sector de la afición que hace pintadas y muestra su disgusto con ataques cada vez más gruesos a trabajadores del club. Las redes sociales hierven y los mensajes destructivos se multiplican. La realidad es que no tiene defensa estar a finales de octubre, con un cuarto de Liga disputado, con sólo nueve puntos en 12 partidos. Y, es más antiguo que el propio fútbol, pero esto sólo tiene arreglo desde el césped, el único termómetro que de verdad importa.

La triple prueba de la semana próxima (Eibar, Cartagena y Sporting) va a ser un duro test de estrés para probar la resistencia. Si no se rascan puntos y se remonta va a ser complicado contener la indignación colectiva. Es por eso que el único camino para Mel y sus jugadores es el trabajo para enderezar. Ellos tienen su cuota de culpa y en ellos está ayudar a resolverla. El equipo vuelve este miércoles a La Federación.

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