Una comunión que da puntos
“Tenemos un feeling especial, cómo nos animan es un plus”, dice Antoñín
La asistencia se estabiliza cercando los 15.000 espectadores
El ritual empieza a convertirse en costumbre, algo muy instaurado en Alemania. Al final del partido, el equipo se va hacia la Grada de Animación y celebra con la afición, grita y bota, los jugadores se saben los cánticos y la coreografía. Así estuvieron tres minutos tras derrotar al Lugo. Originalmente, se hace se gane o se pierde. Este Málaga, gane o empate, que es lo que experimenta en La Rosaleda. Se han jugado seis partidos y el balance es excelente, con 14 de 18 puntos tras cuatro victorias y dos empates, con seis goles a favor y sólo uno en contra. La fortaleza del equipo en La Rosaleda es alta en este primer tercio de competición, marca el ritmo de los partidos y rara vez se vez zarandeado, se juega a lo que planea José Alberto. No ha ido jamás aún por detrás en el marcador y la sensación es que aún podían haber caído más puntos.
La comunión de la afición es una de las principales fortalezas de este Málaga. No se para de cantar 90 minutos desde la Grada de Animación y el ambiente es eléctrico. Lo destacan los jugadores y los rivales. No hay la cantidad de abonados que se esperaba desde la entidad, aunque la asistencia en los últimos partidos, una vez van remitiendo las restricciones, se va estabilizando en las cercanías de los 15.000 espectadores. Hay pocos estadios con ese pulmón en la categoría, seguramente los asturianos, el Zaragoza y los canarios básicamente.
“Tenemos un feeling especial y lo notamos cuando estamos dentro del campo. Para un jugador, cómo nos animan y cómo nos quieren es un plus”, decía un animado Antoñín después de una correcta actuación como titular: “En los primeros partidos de la temporada empecé por debajo de mi nivel, pero estoy trabajando para recuperarlo. Estoy contento por el partido de hoy y, sobre todo, por la victoria”.
Decir que La Rosaleda da puntos no es restar méritos a los jugadores, que están haciendo una gran labor en casa, sino destacar una simbiosis que sólo puede tener aspectos positivos. También para meter presión por los errores arbitrales.
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