Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Resultado del Nàstic-Málaga
Cambia la trayectoria del Málaga como cambió la trayectoria del disparo de Dani Pacheco. Habrá quien diga que la victoria es casual. Otros sostendrán que es el fruto del trabajo y el oficio. Hay tantas teorías como gustos, pero lo único real y definitivo es el marcador. Y los blanquiazules necesitaban de una vez celebrar un triunfo para reclamar su derecho a ser aspirante a Primera División. Llega, además, en una especie de regreso al punto de partida, a la idea original de Muñiz. Y con el sello propio de un conjunto que hace de la ventaja mínima un jaque mate.
El once causó sorpresa y extrañeza a partes iguales. Muñiz le metió el bisturí al equipo. No se limitó al cambio de cromos por las bajas obligadas, también borró el 4-1-4-1 y volvió a los orígenes. Además, apostando por Alejo y Ontiveros en los extremos. Pero eso no supuso que el Málaga jugase mejor, más bonito o más ofensivo. Al contrario.
La primera mitad fue soporífera y encima la poca acción que hubo llevó la firma de un Nàstic que no parecía un conjunto que se cae a Segunda B. El Málaga apenas trenzó una jugada decente en 45 minutos, una combinación de Ontiveros, Ricca y Harper, cuyo disparo murió en la cadera de un defensa.
El Nàstic, como casi todos los rivales últimamente, dio la sensación de tener una marchita más. Especialmente destacó Pipa, que hizo un par de destrozos a Ricca, que necesitó de la ayuda de Ontiveros para bloquear el carril. Con mejores ocasiones y sensaciones de los locales se llegó al descanso.
Ontiveros gastó sus últimas monedas en el arranque de la segunda mitad, donde tuvo protagonismo a pesar de que no terminaron de salirle las cosas. Muñiz tardó poco en sentarle y dar entrada a Pacheco. Y fue precisamente el pizarreño quien cambió el signo del partido.
Lo que es el fútbol. Blanco Leschuk había estrellado 20 minutos antes un balón al larguero tras una acción de gran delantero. Sin embargo Pacheco remató desviado un balón suelto y terminó en gol con la colaboración del cuerpo de Imanol. Al final, suma lo que suma.
Pudo sentenciar el Málaga en dos acciones. Una del propio Pacheco parada a bocajarro por Bernabé y otra de Blanco Leschuk que terminó en gol pero que anuló el colegiado por posibles manos del argentino. Pero lo mejor que hizo el equipo es recuperar su sello, hacer que un 1-0 (0-1 en este caso) sea definitivo. El Nàstic había sido mejor, pero desde el tanto quedó desactivado.
El Málaga tiene 54 puntos y la primera posición está a dos partidos a falta de 11 jornadas. La escalada es posible, pero ganando. Como en Tarragona. Como sea.
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