Empieza la cuenta atrás para que ruede el balón

El Málaga afronta la desescalada del confinamiento preparado para afrontar los estrictos protocolos

Un entrenamiento en La Rosaleda el año pasado.

28 de abril 2020 - 20:18

La incertidumbre permanece, pero ya hay un horizonte de fechas tangible para volver a hacer funcionar el fútbol. El Málaga, como el resto de los equipos profesionales, podrá entrenarse de manera individualizada en sus instalaciones a partir del próximo lunes 4 de mayo, un escenario que el club ya barajaba y para el que se ultiman los preparativos. El trabajo sin los medios pertinentes tiene las horas contadas. La cuenta atrás para volver a la competición ya ha empezado. Florece la ilusión.

El lunes podrán entrenarse por turnos y de manera individualizada los jugadores, cumplidas previamente las medidas y protocolos de seguridad que garanticen que ninguno de los actores esté contagiado. Será una representación del club aún muy limitada, pero podrán tocar balón si los preparadores lo estiman, algo que muchos jugadores no han podido hacer por las características de sus viviendas.

Dos semanas después, a partir del 18 de mayo, cuando comience la denominada “fase 1”, los efectivos blanquiazules ya podrán trabajar en pequeños grupos de seis jugadores y –siempre que no existan retrocesos en la evolución de los contagios por coronavirus COVID-19– se estima que en la semana del 1 de junio ya se podría entrenar de manera normal con todos los miembros del equipo siempre y cuando se cumplan unos estrictos protocolos de seguridad.

Con estas fechas y, si todo va según las previsiones más optimistas, en la primera mitad de junio podría volver la competición. La fecha y los métodos para que esto ocurra aún parecen lejanas pero el Málaga ya movió ficha en los días anteriores, con reuniones entre el cuerpo técnico y los preparadores físicos, además del acondicionamiento de La Rosaleda y el propio anexo a los protocolos de seguridad pertinentes para un momento tan crítico dentro del estado de alarma.

Ahora, la estructura del club deberá de revisar todos los puntos que el CSD y la propia competición estipulen para el regreso paulatino al trabajo. Ver las condiciones físicas en las que están los jugadores y tener en cuenta las necesidades específicas de cada uno –no todos han tenido las mismas condiciones en su entorno para ejercitarse– para evitar lesiones en los primeros días de trabajo sobre el césped será clave para una plantilla corta que no puede permitirse el lujo de perder efectivos antes de que arranque lo que se prevé un maratón de partidos en plenas fechas veraniegas.

Ése será otro de los aspectos a solucionar, pero hay aún tiempo por delante. A estas alturas lo más complicado para llegar a un acuerdo sería que el protocolo de seguridad obligue a los jugadores a concentrarse durante bastantes días al margen de sus familias.

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