La cuesta del hambre (21:45)

Previa y horario del Málaga - Extremadura

El Extremadura llega a La Rosaleda jugándose el descenso

El Málaga afronta el segundo partido de los tres contra rivales directos en una semana

Sigue la mar de fondo institucional

Lance de un entrenamiento reciente del Málaga en La Rosaleda.
Lance de un entrenamiento reciente del Málaga en La Rosaleda. / LaLiga
Adriano Espinal

20 de junio 2020 - 07:20

En dos partidos a puerta cerrada, los ánimos del Málaga Málagase han aplacado. La realidad mantiene a los de Sergio Pellicer mirando de reojo el descenso, sin la chispa contagiosa que tenían cuando todo se paró por la COVID-19 ni la afición capaz de sacarles de trances oscuros en los partidos en Martiricos. Tenerife, Extremadura y Lugo tres contendientes que pelean por sobrevivir en distintos niveles, cerca del Málaga, con el hambre de puntos moviéndoles las tripas, con el hambre futura del descenso acechando. Hoy, en La Rosaleda, segundo tramo de esta particular cuesta que el calendario le propone a los blanquiazules.

El punto en Tenerife fue una señal de vida que dejó a los de Pellicer a un par de puntos del descenso, uno menos que los tinerfeños que se quedaron sin balón de oxígeno contra un rival directo y deben de gestionar sus miedos el domingo en casa del desvalido Racing de Santander, colista. Antes, el Extremadura habrá puesto a prueba al Málaga en La Rosaleda. El año pasado sorprendió ganando y le costó el puesto a Juan Ramón Muñiz. Fue la primavera del 2019 y parece que han pasado años. Mientras el equipo trata de sobrevivir sobre el césped, alrededor de las oficinas de La Rosaleda y el juzgado que instruye el caso contra los propietarios del equipo cada semana se tejen toneladas de telas de araña en los que se basa el día a día del equipo. Mucho ruido sin novedades tangibles.

El Extremadura llega a Martiricos con su entrenador reprochándose un exceso de juego directo que le costó la derrota por la mínima en casa contra el Albacete. Manuel Mosquera ha dicho que van a volver a tratar bien la pelota, a hacer su juego que no es otro que arañar puntos para sobrevivir aunque sea sobre la campana. Sus palabras optimistas desvelan un mensaje de necesidad y otro de concienciación: “Quedan 27 puntos por disputarse”, repite.

Pero la igualdad de la categoría puede ser engañosa. Los blanquiazules necesitan ganarle al Extremadura par acoger aire y enfrentarse al último tramo de su peculiar semana contra el Lugo, quinto por la cola empatado a puntos con Deportivo de La Coruña y Oviedo, ambos en descenso. Esta jornada visita a Las Palmas, adalid de la zona tibia de la tabla. Después, los malaguistas tendrán rivales que pelean por ascender a Primera: Girona y Rayo Vallecano, buenos contrincantes para generar ansiedad si el zurrón de puntos sigue medio vacío.

Gestionar los nervios y el ánimo del equipo es una de las claves para no perder comba. Pellicer no tendrá a Keidi Bare por sanción pero tampoco tendrá a Luis Hernández, Dani Pacheco, Aarón Ñíguez ni Benkhemassa. Cuatro fichas profesionales –Keidi Bare tiene ficha del filial– que no sumarán deja la plantilla maltrecha para la visita extremeña y retuerce las posibilidades de la alineación para el entrenador.

Ver la versión de Munir que habrá en la portería o cómo está Sadiku en su isla de la delantera serán dos incógnitas. El punta está muy lejos de su mejor versión mientras Buenacasa no acaba de postularse como titular en dicha posición. Grandes puntos en una alineación que puede estar repleta de pequeños detalles dentro de una plantilla que en su mayoría está tomando el ritmo de competición a marchas forzadas.

En el rival, Mosquera trató de desterrar la presión de su grupo, reiniciar los ánimos cada encuentro y plantear una pequeña emboscada que vuelva a darle un triunfo en la avenida de Martiricos. Sería ir contra pronóstico, el modo de vida favorito de este Extremadura que ya asaltó las apuestas la campaña pasada en la que se salvó en la zona media de la tabla cuando era, como esta campaña, un firme candidato a volver a la Segunda B. El Extremadura está en su salsa, funciona bajo la presión del descenso, el Málaga no quiere probarla y para ello debe de aprovechar esta semana de rivales directos para tomar confianza y puntos de cara al final de la temporada y a cotas más altas.

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