Delirio en el Cortijo de Torres

Más de 12.000 personas en el auditorio para mandar energía

Un partido más largo que muchas vidas pero con más vida que muchos partidos

La Gitana no estaba loca

El Cortijo de Torres, una pequeña Rosaleda
El Cortijo de Torres, una pequeña Rosaleda / Ana Jiménez
Ana Jiménez

23 de junio 2024 - 00:41

En Málaga, el día más largo del año no fue el pasado 20 de junio sino el 22 de junio. Desde primera hora de la mañana, tras cada esquina de la ciudad, se veían motas blancas y azules que coloreaban en tonos esperanzas una jornada muy esperada para la afición del Málaga Fútbol Club: el partido en Tarragona contra el Nástic.

Al ritmo del minutero, el himno del Málaga pasaba de ser un leve murmuro entonado entre dientes a un canto a viva voz que se escuchaba desde el Auditorio Cortijo Torres al llegar la tarde. El calor y el sudor no impedía que unos 10.000 hinchas usasen sus bufandas bordadas con distintos lemas para animar a los jugadores del Málaga.

Todas las generaciones celebraban con antelación en una mini Rosaleda con DJ un ascenso que a segunda división que ya se rozaba con las yemas de los dedos a pocos minutos de comenzar el partido. 

Un terremoto de magnitudes imposibles de medir comenzaba con “Málaga la Bombonera, flor de la costa del sol…” a las 20:27, cuando el reloj volvió a funcionar con una marcha atrás veloz de mucho más de 90 minutos.

Suspiros, lágrimas, besos, gritos e incluso alguna plegaria se sucedían continuamente en el recinto como eco de los propios malagueños que han viajado junto al equipo a Cataluña. La alegría se tornó en nervios y los nervios en los latidos del propio partido.

Y la tarde fue la noche y el día en minutos. Una primera parte prometía un empate 0-0 se convirtió en una segunda parte donde los dos goles de los rivales separaban al Málaga de su ascenso. El Cortijo Torres era el silencio a gritos, animando con la boca chica a un equipo perdido. Con la noche ya entrada llegó el primer gol del equipo blanquiazul que remontó los ánimos, aún tambaleantes ante el poco tiempo que quedaba antes del fin de la inmensa prórroga impuesta. Tras ello, nada más un equipo que llegó, vió y empató, logrando así su ascenso a segunda división en los últimos minutos. Un partido más largo que muchas vidas pero con más vida que muchos partidos.

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