El día de la libreta

Cuenta la leyenda que los afamados 300 espartanos fueron a las Termópilas en una decisión casi suicida, pero con un plan que no estuvo lejos de funcionar. En contextos diferentes y miles de años después, el Málaga se planta en el Camp Nou en busca de una épica que habría que buscar en las hemerotecas para verla repetida. Si visitar el Camp Nou suele ser sinónimo de derrota en el 99% de las veces, intentar ganar allí dos temporadas consecutivas roza la absoluta heroicidad. Y ni hablar de la posibilidad de dejar al conjunto blaugrana sin marcar por tercer encuentro consecutivo, algo al alcance de muy pocos clubes, si es que alguno ha logrado frenar tantas veces seguidas el potencial que atesora Luis Enrique.

De fondo, el regreso de Neymar, tercer puñal de un tridente que dominó Europa a su antojo la pasada temporada. Messi y Luis Suárez echaron de menos al brasileño en la Supercopa de España y en la primera jornada liguera. Ahora, el capitán de la canarinha llega con muchas ganas acumuladas, demasiadas para los intereses blanquiazules.

Aun así, el Málaga de Javi Gracia ya consiguió desactivar semejante bomba ofensiva hace apenas unos meses. El conjunto blanquiazul asaltaba el Camp Nou con un solitario gol de Juanmi. El partido, una obra táctica de los malaguistas, dio la vuelta al mundo. Desde aquel día, la libreta del navarro gozó de un prestigio que hoy vuelve a ponerse a prueba.

Llega al lugar del crimen con un plantel muy cambiado. Ha perdido las armas que le permitieron asestar semejante golpe al Barcelona, y aunque ha ganado otras, eso le obligará a reinventar un plan que ya tenía mascado. Reconocía en rueda de prensa, que no se podrá ver un partido igual, que la empresa es más difícil todavía, pero que confía en el as que guarda sobre la manga.

Y esa carta parece llevar escrito el nombre de Amrabat. El marroquí, suplente aquella tarde de invierno, podría ocupar la punta del ataque junto a Charles o caer a una banda en detrimento de Cop, que podría esperar su oportunidad desde el banquillo. Junto a él, otro nombre propio, el de Juanpi Añor. El venezolano puede ser la otra pieza clave del entramado que saque a relucir Gracia. Reforzaría el centro del campo sin perder esa opción de buen lanzador y de último pase que le permitiría salir a la contra y aprovechar los espacios que ofrece el Camp Nou.

Pese a todos los cambalaches que se pueden imaginar, el plan de Gracia será secreto hasta el final. Como lo será si Weligton vuelve finalmente al once, una vez recuperado de los problemas físicos que le impidieron entrenar a principios de semana, o sigue apostando por Albentosa y Angeleri en el eje de una zaga que, previsiblemente, también contará con Miguel Torres en el lateral izquierdo. Precisamente por los mismos argumentos que la temporada pasada.

A partir de ahí, será el fútbol y la pelota los que tomen el balón. Ya avisó Guardiola de que a un genio como Messi es imposible pararle y predecirle. El Málaga buscará repetir una machada que su Bayern no pudo igualar. La expedición blanquiazul viaja con la idea de despertarse en una tarde similar a la de aquel 21 de febrero. Cual día de la marmota. Aunque ya ha quedado patente que estos son días de orden, sacrifico y libreta. La de Gracia, claro.