El cerco del director general se estrecha con Kike Pérez

El Málaga CF está en la fase final de la contratación de un director general. A finales de diciembre, José María Muñoz hablaba de inminencia, aunque las cosas de despacho van despacio. Como informó Sur, el hombre mejor situado de Kike Pérez, vitoriano de 42 años que en los últimos años, desde 2019, se ha encargado director corporativo y de negocio del Cádiz. Allí ha realizado una labor valorada en la entidad amarilla y del gusto de LaLiga, que es quien monitoriza y tutela en este caso el nombramiento de una figura que se entiende clave para planificar el medio y largo plazo de la entidad en un club intervenido judicialmente. Se cumplen ahora tres años en el mes de febrero. Queda pendiente la prórroga de de la administración por parte de José María Muñoz. Hay ciertos cabos sueltos que en un futuro corto deben quedar atados desde el punto de vista judicial.

El proceso ha incluido entrevistas con varios candidatos, se quería afinar bien la elección de un hombre clave. Eso sí, al final lo inminente es salvar al equipo de la caída al pozo de Primera RFEF y ahí, venga quien venga, no va a tener mucho margen de maniobra. Se informó del nombre de Antonio Fernández Monterrubio, otra opción en la que se trabajó fue Alfredo García. Ambos relacionados en los últimos años con el Granada, García aún es consejero del club rojiblanco después de ser director general. Pero el casting se ha ido cerrando y el principal candidato ha quedado Kike Pérez. Allí en la Tacita se ha encargado de la internacionalización de la marca y ha conseguido que el Cádiz esté entre los 10 clubes españoles con más seguimiento fuera de las fronteras españolas sin haber pisado nunca esa posición de manera deportiva.

Pérez es licenciado en derecho en la Universidad de Deusto y comenzó en el mundo del fútbol de la mano del Deportivo Alavés en la primera década del siglo ejerciendo como asesor jurídico y adjunto a la dirección general del club, en 2010 fue nombrado director general del Alcorcón, donde realizó una labor también destacada consolidando al equipo madrileño en la categoría de plata del balompié español. Llegó para pilotar el aterrizaje en el fútbol profesional y llegó a bordear el ascenso a Primera.

No meterá goles el director general, pero era una figura demandada, rostro visible y un plan con el que se pueda mirar algo más allá, aunque la prioridad absoluta actual sea no caer a la categoría de bronce del fútbol patrio.