La RFEF, sin piedad con el Nàstic: duras sanciones tras los incidentes ante el Málaga CF

El Nàstic pagará los duros incidentes provocados ante el Málaga CF. Discurso de victimismo desde Tarragona desde el gol de Antoñito Cordero, con un acta durísima de Mallo Fernández, colegiado del encuentro, que el club catalán trató de llevar a la justicia ordinaria por "negligencia" del colegiado, incluso optando por la vía penal. Dos días después, la RFEF actúa con agilidad tras esos insultos, amenazas de muerte o el asunto dantesco de los balones, que luego se ha convertido en parte imprescindible de la celebración. Cuatro partidos de cierre en el Nou Estadi, más una sanción económica de 9.000 euros, por "infracción muy grave producida en el citado partido, por la especial y grave alteración del correcto desarrollo del referido partido de fútbol, considerando muy especialmente el riesgo de la integridad física que sufrieron los árbitros al término del encuentro con la invasión masiva de aficionados locales y posteriormente en su propio vestuario, además de las muy graves amenazas que se profirieron por dirigentes del propio club local contra ellos y sus familiares", rezaba el documento de la Federación Español.

David Concha, que fue expulsado en el descuento de la prórroga, suma doce partidos de sanción, desglosados con seis "por gritar y gesticular protestando una decisión del árbitro principal y dirigirse hacia uno de los árbitros asistentes con Insultos y ofensas verbales, con multa accesoria en cuantía de 270 € al club y de 1.800 € al infractor"; cuatro partidos más por "manifestar una actitud violenta hacia uno de los árbitros asistentes, lanzándole agua de una botella y vaciándola sobre su cuerpo, con multa accesoria en cuantía de 180 € al club y de 1.200 € al infractor”. Y otros dos, según la RFEF, por "no dirigirse al vestuario tras ser expulsado/a, negándose a retirarse, con multa accesoria en cuantía de 45 € al club y de 600 € al infractor”.

También sanción ejemplar para Nacho González, que vio la roja por doble amarilla y dejaba al Málaga con un jugador más, cuando ya el partido adquirió una temperatura peligrosa. "Tres meses de suspensión por agresión contra árbitros/as, directivos/as o autoridades deportivas, tras ser expulsado, con multa accesoria en cuantía de 270 € al club y de 1.800 € al infractor. 2 partidos de suspensión por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado/a, negándose a retirarse, con multa accesoria en cuantía de 45 € al club y de 300 € al infractor", concretaba la RFEF, otros dos partidos de sanción para el central del Nàstic "por protestas a los árbitros tras haber sido expulsado, encontrándose en la boca de vestuarios, con multa accesoria en cuantía de 90 € al club y de 300 € al infractor". Además, otros 1.000 euros de multa por el episodio esperpéntico de los balones.

Minutos después, el Nàstic informaba que "recurrirá la resolución del Juez Disiplinario Único, la entidad considera totalmente desmedida la sanción impuesta y reitera que acudirá a la justicia ordinaria para el esclarecimiento de los hechos de forma imparcial", según un comunicado.