Muñiz: “Este Málaga me divierte”
Málaga CF | Entrevista Juan Ramón Muñiz
Primera parte de una extensa entrevista con el entrenador asturiano para Málaga Hoy
"Ha cambiado más el club que yo", asegura
Málaga/Juan Ramón Muñiz (Gijón, 1968) es un asturiano malagueño o un malagueño asturiano. Su vida está ligada al Málaga en lo profesional y lo particular. Acostumbrado a acudir a la llamada cuando hay problemas, está en su tercera etapa como primer entrenador. Casi una década distanciados en los que entidad y técnico han cambiado mucho pero conservan la esencia. Y la química. Como siempre, sujeta las palabras pero dice mucho entre líneas.
–¿En qué ha cambiado el Juan Ramón Muñiz que se fue con el que ha llegado?
–En los años, han pasado unos cuantos. Intentas en el aspecto profesional ir corrigiendo situaciones y mejorar. Los años te sirven para tener experiencia, valorar las situaciones y ver más en frío las decisiones que tomar. Siempre que avanza y progresa el tiempo el entrenador tiene modernizarse, porque esto no para. Es como en la alimentación, hay que ponerse al día y no quedarse atrás.
–Intenta no quedarse atrás pero más allá de los años y la experiencia, da la sensación de que mucho no ha cambiado…
–Mi forma de ser no. Vas cogiendo una educación desde pequeño y no la quiero variar porque son valores que les doy importancia y los intento transmitir a mis hijos. Luego en el aspecto profesional hay una cosa que no tiene que variar, que es sacar rendimiento, intentar ser una persona de club, que trate de conseguir objetivos, ser un engranaje más dentro de una empresa y dar el máximo posible.
–¿Se puede decir que en esta década ha cambiado más el Málaga que Muñiz?
–Sí, seguro. Porque la transformación que tuvo el club es muy grande, en la época que yo estaba eran pocos empleados y situación muy delicada e incluso de llegar a desaparecer. Se superó y con el trabajo de Fernando Sanz, Luis Yáñez y más empleados se fue superando. Era un equipo con pocos empleados y una dificultad económica muy importante. Había que mirar todo lo que hacías al milímetro porque cualquier desfase te podía llevar al otro lado.
–¿A quién echa más de menos de esa época?
–Lo bueno que tiene esa época es que no llegaríamos a diez en el club trabajando en las oficinas por las tardes. Se hizo una relación muy fuerte, era gente que quería al club y no miraba las horas. Además, si tenías que ayudar en una parcela que no era la tuya se hacía sin ningún problema. Se hizo muy buena relación y no echas en falta porque muchos están, pero a los que no si es verdad que se echan de menos porque te ayudaron a crecer profesionalmente. A parte del presidente Fernando Sanz, otra persona calve para mí fue Antonio Benítez, que nunca pidió nada y siempre estaba en disposición de ayudar, era una persona de club. En el futuro, cuando sea mayor, es una referencia el querer ser como Antonio Benítez.
–¿Sus cuatro años en Ucrania le cambiaron la forma de ver el fútbol?
–Me cambió en un aspecto. Cuando fui lo hice porque me llamó Juande y había una muy buena relación. El proyecto era muy atractivo y todo estaba muy bien. Íbamos a trabajar en un equipo que pelaba por la zona alta y en competiciones europeas. Era un proyecto que nos dejaba meter nuestras ideas. Me abría las miras como profesional y veía otras cosas que no veía aquí, como la competición europea. Iba con un técnico acostumbrado a esa presión, la relación era buena y sabía que me iba a servir para mejorar. Fue una parte fundamental en mi carrera profesional.
–¿No se podía entender como un paso atrás? Venía de cumplir como entrenador en Málaga y Racing, pero regresó a ejercer como ayudante…
–En ese momento cuando tomas la decisión hay opiniones de todos los gustos. Hay amigos que te llaman, te aconsejan unas cosas y otros, otras. Yo quería ampliar un poco el abanico que había tenido como profesional. Mi curriculum era Marbella en Segunda B; Segunda con el Málaga en situación delicada y el ascenso; en Primera, Racing y Málaga. Ahora era entrar a competición europea, con un gran entrenador y amigo mío. Sabía que era un mercado que aquí no iba a conocer, no lo vi como un paso atrás. Era ver otras cosas, le estoy muy agradecido a Juande, le debo mi carrera.
–¿Pasaron miedo allí?
–No, pasamos unos años difíciles por estar lejos de la familia y no es agradable. En el aspecto profesional era muy buen club y éramos los encargados de hacer el equipo. El trato fue exquisito y sólo tengo palabras de agradecimiento porque siempre buscaron que estuviéramos cómodos.
–¿Le queda la espinita del ascenso con el Alcorcón?
–Es una espinita. Fue el número de goles, no entramos en play off por eso. En el ultimo partido ganamos 4-1 al Elche y el Oviedo perdió 0-5 contra el Osasuna y por un gol no pudimos luchar. Estoy muy contento por el trabajo realizado, sabíamos a lo que aspirábamos y dónde llegamos. Es otra etapa muy grata.
–¿Se considera un gurú de Segunda División?
–No, soy un entrenador que intenta hacerlo lo mejor posible en la categoría que esté. Lógicamente aspiramos a estar lo más arriba posible. Para estar arriba hay que trabajar mucho y la dificultad es muy grande. Hay muchos equipos, con buen nivel e igualado a puntos. Granada, Mallorca, Alcorcón, Osasuna, Albacete, Dépor... hay mucha igualdad y cada partido se vive como si fuera el último. Si por ejemplo miramos al líder, el Granada, vemos cómo lucha cada balón, están juntos, no le hacen goles. Los equipos compiten muy bien. A partir de ahí la calidad marca la diferencia.
–En el entorno hay quien se entrega a "lo que diga Muñiz", considerándolo el mejor técnico de la categoría y el mejor que puede tener el Málaga ahora mismo.
–Al que diga eso, verdaderamente se lo agradezco. Nosotros tenemos que trabajar para mantener esa posición y que confíen. Nunca te puedes conformar con lo que tengas. Soy de los que piensa que si te paras te estancas y te pasan. No hay que conformarse, hay que ser exigentes con nuestro trabajo y el de los jugadores. Tenemos que mantener el día a día muy vivo y se logra con ilusión.
–¿Qué importancia tiene Álvaro Reina en todo eso?
–Muchísima. Es una persona como Manu, Kike, Toni, Capa que no hay diferencia. Todos aportamos y somos un cuerpo técnico que intenta ir unido y con diversidad de opiniones. No hay diferencia.
–¿Le divierte el Málaga?
–Sí, claro. Es un equipo que trabaja los partidos muy bien y compite. En determinados momentos hicimos grandes partidos y sabemos que la categoría es difícil. Sabemos que habrá momentos mejores y peores, pero el equipo va a competir. Es un equipo que te satisface cuando lo ves en el terreno de juego porque hace muchas cosas bien. Cuando vas arriba en la jornada 22 es por eso. En la jornada uno, dos y tres puede ir cualquiera, pero a estas alturas ya no.
–En un partido que ni le vaya ni le venga, ¿quiere ver muchos goles o también se divierte con equipos que no concedan?
–Me divierten las dos cosas. Al final, cuando veo un espectáculo, si quedan 5-5 es entretenido para el espectador. Hay muchas ligas que funcionan así y Segunda no lo hace así. Hay que buscar el equilibrio, me divierten las dos cosas. Si veo un equipo que defiende, me gusta verlo si lo hace bien. Lugo me divierte cuando ese equipo combina bien, diferencia entre ataque y contraataque. En el futbol te tiene que divertir todo y a lo largo del partido es constante, es como el baloncesto que no todo es lanzamientos. Cuánto más defiendes, mas ataques tienes. Cuando veo un partido, intento valorar todos los aspectos.
–¿La gente valora ese rigor?
–Pues no lo sé. Nosotros sí lo hacemos. Intentamos que la gente vea un partido completo y no solo una fase. Los equipos que sólo hacen una de las dos partes bien, no van en la parte alta de la clasificación. Para ir arriba hay que dominar las dos áreas, es la única forma de progresar. Llevamos una buena media de puntos. Los equipos de arriba son muy similares a nosotros.
–Más allá del debate estético, da la sensación de que este Málaga un problema que ha tenido es verle lagunas en sus señas de identidad. Lucha, intensidad, duelos…
–No lo creo, cada uno se presenta al partido con una idea. Luego el partido te pone en tu sitio y tienes que ver con qué armas puedes ganar. El día del Reus, que fue el peor resultado y en casa además, la posesión no la miré, pero tuvimos mucha y sin ocasiones. Nosotros íbamos a la desesperada, el rival te penaliza. En segunda los equipos saben jugar, son parejos y tienen virtudes. A veces sumas de una manera, otras con dominio, a la contra... Tienes que ir adaptándote a lo que te da el partido. Disfruto cuando un equipo ataca y lo hace bien, pero también si defiende y lo hace bien. Un partido te obliga a ambas cosas y tienes que estar acertado en ambas para ganar.
–¿Es más valiente Muñiz durante la lectura del partido que en la lectura previa?
–No, creo que no. El entrenador no tiene que ser valiente ni cobarde, tiene que tomar las decisiones oportunas en todo momento. Yo estoy tranquilo, mis decisiones son acertadas o no, pero las que tomo son las que creo que son justas y necesarias. Eso no quita que sean más o menos populares.
–Da la sensación de que les está costando enganchar a la gente. ¿A qué se debe?
–Cuando vas a un equipo que ha descendido es difícil. Es una situación que se suele dar en todos los estadios. Venimos de una etapa de diez años en Primera, acostumbrados a competir con los grandes y a primer nivel. Aparte estuvieron a nivel europeo, con jugadores importantes mediáticamente. Ahora es una situación muy diferente. Este Málaga no es el mismo que el del tramo 2008/09 a 2017/2018. Estamos en otra situación y escenario, con otros objetivos. Es difícil cambiarle el rol al aficionado que está acostumbrado a otros rivales. Estamos en una categoría muy diferente, Segunda tiene diez equipos a nivel altísimo y siete a un buen nivel. Cualquiera puede sorprender y eso cuesta. Lo repites mucho y caes en el tópico, pero es la realidad. El año pasado los tres equipos que bajaron, ninguno llegó a subir. Te da una referencia de la categoría. Entendemos que el aficionado exija y esté acostumbrado a otro escenario. A principio de temporada halamos que es fundamental que el equipo se siente apoyado y en los momentos difíciles mucho más. En un momento difícil no es lo mismo apoyo que pitos o adversidades, empieza la presión y la precipitación que se paga.
–Siempre usa términos como ilusión, unidad... cosas para intentar la comunión del equipo y entorno, ¿no cree que tanto hermetismo y tanto cuidar las palabra lleva a lo contrario?
–¿Cuidar palabras qué implica, ser humilde? Eso es fundamental y el equipo lo tiene que tener. Tenemos que ser prudentes y muy humildes. Siempre lo digo, que es muy sencillo venir y dar un mensaje que guste a la afición; es lo más fácil. No sería acorde con la situación que tenemos que vivir. Muchas veces veo ruedas de prensa de otros compañeros, veo lo que dicen, pero ¿es bueno para lo que necesita el club? Siempre que voy a un club me involucro en las necesidades que tiene. Si el entrenador viene a un rollo diferente al que tiene que tener el club puede ser beneficioso para él, pero no a la entidad.
–¿Se puede decir que vale más por lo que calla que por lo que cuenta?
–No, no es cuestión de valer más. Ir a una rueda de prensa y, como digo yo, vender burras es muy sencillo, lo mas fácil del mundo. Yo puedo decir que en tres años estaremos disputando la final de Champions, que posiblemente estemos a punto de ser campeones de Liga. Hablar es muy fácil, lo difícil es hacer. Yo prefiero ser prudente e ir viendo lo que se puede hacer por el camino y que no digan que vendo burras.
–¿Le pasó algo parecido a Juande en su última etapa al hablar de Europa League?
–Fue un año muy difícil desde que él pone ese listón. Cuando se marchó iba bien clasificado, con gente muy joven asentada en la plantilla y en mitad de tabla con 21 puntos. Creo que quiso demostrar esa ambición, ya que el equipo hacía poco competía en Champions. Pero el Málaga ya se iba poniendo en otro escalón, no el primero. Entraba gente joven, no Isco y Cazorla. Era otra exigencia y objetivos. Tenemos que ir a dar estabilidad al club, Juande intentó que el equipo fuera ambicioso pero no pensaba que le iban a exigir eso.
–¿Hablan habitualmente?
–Sí, hablamos de la dificultad de la categoría. De lo complicado de sacar los encuentros, de superar adversidades.
–¿Qué día cree usted que se frenó la caída?
–Fue muy importante la primera victoria ante el Lugo. Esa victoria te da una alegría cuando venías de una dinámica de meses con derrotas y en descenso. Llegar a Lugo, competir y ganar es... [suspira] este es otro Málaga, que es lo queríamos. Todo lo que sea pensar en el Málaga de los diez años en Primera es perder el tiempo y energía. Ese día vi que éramos un equipo y creímos en lo que íbamos a hacer.
–Hace referencias a la época de la Champions, ¿La sintió suya por ver a Eliseu, Weligton o Jesús Gámez a ese nivel?
–Cuando estás en un equipo, intentas que los jugadores vayan progresando. No sólo en lo deportivo. Demostraron mucho nivel, lo hicieron cada día. Cuando se ficharon se sabía que eran jugadores que pueden ser de club.
–Segunda sirve a veces para hacer un grupo que funcione varios años. ¿Tiene madera de bloque este Málaga?
–Este Málaga tiene esos cimientos, hay un buen vestuario y grupo, cosa fundamental. No hubiéramos conseguido empezar así sin este grupo.
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