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La Rosaleda volvió a teñirse de rojo por segunda vez en apenas nueve meses para arropar de nuevo a la selección española, en este caso a la de Luis De la Fuente y aunque se hicieron de rogar para vivir una goleada, Joselu acabó dando una alegría colectiva. El reparto de banderas de España en la entrada fue uno de los alicientes que hacían presagiar el gran ambiente que se iba a vivir durante el encuentro, donde 29.214 aficionados se vistieron de rojo para hacer la ola y realizar los típicos cánticos de “¡España, España!” o ¡Olé, Olé!” para animar al combinado nacional. Un gran ambiente donde familias enteras disfrutaron junto a los más pequeños de lo bonito del fútbol.
Las calles de Málaga volvieron a convertirse en una marabunta de gente de rojo desfilando hacia La Rosaleda, no solamente en los aledaños de Martiricos, sino también en las líneas de bus que dejaban cerca del campo de fútbol. Un gran ambiente de fiesta que se siguió viviendo dentro desde la salida de los jugadores a calentar. Por supuesto, aunque pueda parecer una falta de respeto, se pitó la salida del combinado de Noruega al césped y más de uno se dejó la garganta durante el momento del himno, justo antes toda La Rosaleda coreó la primera convocatoria de Luis De la Fuente al frente de la absoluta.
Sin embargo, el ambiente fue decayendo con el juego de la selección, quien no correspondía con goles tras el de Olmo. Es más, se hicieron rogar y no llegaron hasta los últimos minutos, en concreto el segundo y el tercero cayeron en el minuto 84. Ahí los presentes en La Rosaleda volvieron a venirse arriba para terminar la fiesta coreando el nombre del bigoleador de la noche, Joselu, precisamente en su debut. Seguro que esta noche queda remarcada en su memoria y en la que se espera sea la primera de muchas convocatorias defendiendo esta elástica. De momento, La Rosaleda dictó sentencia a favor del delantero del Espanyol, quien además apareció en el momento idóneo para reenganchar al público.
Se llegó a plantear una posible tragedia, el empate de noruega. Al igual que en otras visitas del combinado nacional, el público se quedó esperando, hasta que la seguridad invitó a salir, con el objetivo de llevarse un buen recuerdo.
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