La fórmula Camacho

El ex capitán malaguista, ahora preparándose en el Atlético de Madrid para ser entrenador, habló sobre la situación del equipo

Camacho, en un partido ante el Sevilla. / Efe

30 de marzo 2022 - 18:20

Ignacio Camacho se retiró demasiado pronto del fútbol, con 30 años debió decir adiós tras varias lesiones en un tobillo. Dejó huella en Málaga, miembro del equipo de Champions y líder de la transición dulce. Su traspaso al Wolfsburgo en el infausto verano de 2017 se ve con perspectiva como uno de los momentos críticos en los que el castillo de naipes se desmorona.

Camacho pasó por los micrófonos de Deportes Cope Málaga y habló sobre lo que ve desde la distancia. "Terminé mi etapa en Alemania y me vine para Madrid, haciendo el curso de entrenador. Incumplí de momento mi promesa de volver a Málaga, pero espero cumplirla en el futuro", decía el centrocampista maño, que a sus 32 años culmina su formación como técnico.

"Cuando cambias a un entrenador está ese impulso que tú le das al equipo, ese cambio motivacional, que tienes que apretar porque viene uno nuevo. Y eso ha faltado, el entrenador no ha sido capaz de dar ese cambio. Si viene un técnico nuevo y estás en una dinámica negativa para encauzar victorias y puntos para la confianza, es un gran problema que tienes si rápidamente no lo alteras", decía el que fuera capitán malaguista: "Como ex jugador de fútbol no me gusta hablar mucho sin conocer la verdad. Me parece extraño que Lombán o Escassi, experimentados y malagueño uno de ellos, veterano, o el propio Manolo Gaspar, un hombre de la casa, no hayan metido el dedo en la llaga. Por mucho que ellos hagan, si sólo hay uno o dos sean los que unen más al equipo, si eso no se logra... Un equipos deben ser 11 bestias en un campo que deben ir unidas".

"Una cosa buena que tuvimos era un vestuario unido. El primer año que llego a Málaga y vinieron Baptista, Maresca, Demichelis... Y estábamos en descenso y era el gran proyecto del jeque. Pasamos del descenso, un momento muy difícil, a jugar Champions. Desaparecieron los jugadores galácticos, pero había un bloque. Ver al Málaga en una situación así es complicada. En mis 7-8 años allí el vestuario estaba comprometido, sabía cuándo venían malas y cuando había que apretar. Los Samus, Fornals, Recio, Darder... También los jóvenes dieron un paso al frente. No conozco al vestuario y no puedo decir qué falta y qué no. Ahora, la afición es muy importante, hay que tirar para adelante. El contrario debe ganar dos partidos más que tú, pero se ha quedado un runrún raro. Hay que dejar de mirar al lado, mirar a uno mismo y ser todo uno", insistía el maño cuando se le cuestionaba por referencias de su época, sobre cómo se sacaban los momentos difíciles: "Tienes que correr por tu compañero. Siempre le digo a los chavales que tienen que pensar que vuestro compañero va a fallar para estar ahí. Y el compañero saber que si falla tú vas a estar ahí. También tuvimos épocas de entrenadores que no éramos muy afines, digamos, pero hablábamos también de cosas simples, ver dónde estábamos más a gusto. De ir por aquí o por allí, pero todos. Con Roque, Duda, Weligton, Recio... Había gente que tiraba".

"Tú entras en un bucle donde los goles te penalizan, el runrún de La Rosaleda, la soledad cuando llegas a casa... A veces no ganas y agarras un empate. A la siguiente igual ganas. Hay que puntuar, los resultados te van a dar esa confianza que tienes. Igual el entrenador no quiere jugar de una forma y juega de otra para salvar esto. Hay que decir cosas que sumen. Si un jugador no se implica o no corre, eso no se puede negociar. Si la metes o no, pues es calidad y también suerte. Si uno no corre hay que llamarle la atención. Si a un jugador no le sale, falla tres goles, hay que darle cariño. El primer perjudicado es él y el primero que lo sabe. Otra cosa es que falle y vuelva andando. Entonces lo tienes que matar", ejemplificaba el ex malaguista, que también apuntó a la labor de los jóvenes: "Tuvimos una camada muy buena. Salieron Juanmi, Portillo, los primeros que salían, después Darder, Fornals, Samu... En un Málaga de Champions y que hacíamos buenos años después. Lo mejor que hizo el Málaga fue sacar a tantos jóvenes buenos".

"Estoy en el camino, estoy en el Atlético de Madrid haciendo prácticas. En mi época de jugador hubo tiempo que Demichelis y Weligton ayudaban al cuerpo técnico y pensaba que era mi puesto ideal, ayudante de un equipo. Me siento muy querido en Málaga, es muy fácil opinar desde fuera y hay que ayudar. Son los jugadores los primeros que no lo pasan bien. Hay que mirar para adelante y unidos", cerraba Camacho.

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