Los héroes del ascenso del Málaga CF, uno a uno

Resumen de la temporada de los jugadores blanquiazules

Notable general para una plantilla que era prácticamente nueva

Los jugadores celebran en el estadio catalán. / Carlos Guerrero

Análisis y resumen uno por uno de los jugadores del Málaga CF que han formado parte de la plantilla del ascenso a Segunda División. La mayoría saca una nota alta viendo el desarrollo de la temporada con perspectiva. Muchos con la categoría de héroes.

Alfonso Herrero, en La Rosaleda. / Carlos Guerrero

Alfonso Herrero

El mejor portero de Primera RFEF sin lugar a dudas. Le puede echar un pulso a Roberto como jugador más determinante de este Málaga. Sin sus paradas, los blanquiazules habrían sacado menos puntos y difícilmente habrían ascendido. Capitanía, liderazgo y talento de sobra para ser titular en Segunda División.

Carlos López para un penalti en Barakaldo.

Carlos López

Apuesta del club pese a su corta edad. Solamente ha tenido la Copa del Rey, pero qué partidos. Se bautizó en Barakaldo siendo clave en la tanda de penaltis. Luego, ante un Segunda y un Primera, siguió demostrando que además de futuro puede tener presente. Si no es por el temporadón de Alfonso, se habría quedado el puesto.

Jokin Gabilondo. / Carlos Guerrero

Jokin Gabilondo

El lateral vasco empezó siendo uno de los jugadores más fiables y regulares del equipo, sobre todo con su capacidad para subir la banda de manera incesante y sus servicios. La primera vuelta fue magnífica, pero en la segunda se vino un poco abajo y en la recta final del curso dejó de ser indiscutible.

Carlos Puga, en su presentación. / Javier Albiñana

Carlos Puga

Muchos no entendieron que se fichase en el mercado invernal un lateral derecho cuando faltaba un delantero. Además apenas había jugado en el filial del Atlético de Madrid. Pero es un jugador de pundonor y que tiene fondo físico. Pellicer ha sabido sacarle partido cuando Gabilondo más flaqueaba.

Nelson Monte, al corte. / Carlos Guerrero

Nelson Monte

La mayor apuesta del verano junto a Alfonso Herrero. Es un futbolista de categoría mayor. Su primera vuelta también fue sobresaliente, formando un cordón de seguridad impenetrable con Einar y Genaro, luego una lesión le cortó las alas. En la segunda vuelta ha tenido algún altibajo. Pese a todo, un jugador de nivel y un gran competidor.

Einar Galilea celebra el gol ante el Atlético en el descuento. / Carlos Guerrero

Einar Galilea

Cuando llegó, procedente del fútbol croata, levantó alguna duda. Luego la competición ha puesto a cada uno en su sitio. Jugador fiable y que sabe cómo lidiar con sus virtudes y carencias. En algún tramo, debido a los problemas físicos, ha jugado menos. En la memoria quedará su segunda parte ante el Celta en La Rosaleda.

Juande Rivas, en acción. / Carlos Guerrero

Juande Rivas

Uno de los supervivientes del descenso, venía señalado y marcado por sus problemas físicos. Ha estado en un segundo plano gran parte del curso, pero no ha hecho una mala segunda vuelta y en los play off ha cumplido con nota, aunque se echa en falta más contundencia. Acaba contrato y el Málaga tendrá que tomar una decisión.

Moussa Diarra, en un partido en La Rosaleda. / Carlos Guerrero

Moussa Diarra

Tiene algo diferente y se ha podido comprobar en cada partido que ha jugado. No han sido tantos, pero cuenta con un físico privilegiado y una gran salida de balón que Pellicer ha sabido exprimir a veces. Es otro al que las lesiones no le han dejado explotar todo su potencial, pero el margen de mejora es tremendo.

Diego Murillo, en acción. / Carlos Guerrero

Diego Murillo

Una de las sorpresas agradables de la temporada. Se ganó el hueco en pretemporada por su absoluta entrega en el campo y su versatilidad. Es central, pero Pellicer ha tirado de él como lateral diestro e izquierdo cuando ha sido necesario. Compensa sus limitaciones con piernas y competitividad.

Víctor García conduce. / Carlos Guerrero

Víctor García

Temporada muy regular del lateral izquierdo, que en el inicio de campaña (antes de una pequeña lesión) se convirtió en el mejor asistente del Málaga. Importante también en la ejecución a balón parado, es uno de esos jugadores que también pueden estar en el equipo en una categoría superior.

Dani Sánchez pone el balón. / Carlos Guerrero

Dani Sánchez

Algunos no daban un duro por el malagueño, que llegó para apuntalar la banda izquierda. Ha sido uno de los pilares fundamentales del vestuario. Físicamente es una moto y ha sido impecable en cuanto a actitud en todas las circunstancias, tanto si salía de inicio como de recambio. Tambén ayudó en algunos partidos como extremo.

Genaro, con una camiseta en su honor. / Carlos Guerrero

Genaro Rodríguez

El capitán tuvo el arrojo de quedarse cuando el estadio había pedido su cabeza. Volteó la situación con personalidad. Líder en el campo. Rendimiento óptimo, destancando también como uno de los goleadores de segunda línea. Sin sustituto natural, su ausencia se ha notado mucho. Ha participado en todos los partidos en los que el Málaga ha logrado ganar.

Manu Molina, al lanzar una falta. / Carlos Guerrero

Manu Molina

Llegó el último día porque el mercado lo propició. Otro pilar del vestuario, le costó coger su mejor forma, pero en la segunda mitad del curso terminó de adueñarse del centro del campo. Exquisito en el desplazamiento y en la ejecución de las acciones a balón parado, especialmente los córners. La brújula del Málaga.

Juanpe conduce el balón. / Carlos Guerrero

Juanpe

Se esperaba muchísimo del jerezano, que ha sido una de las mayores decepciones del Málaga en esta temporada que empezó accidentada para él en Castellón. Nunca terminó de tomarle el pulso a la competición, pero Pellicer le ha intentado meter en la ecuación en el tramo más importante del curso.

Sangalli da un pase. / Carlos Guerrero

Luca Sangalli

El centrocampista vasco comenzó el curso a un grandísimo nivel. Era el hombre que más sentido le daba al juego del equipo. Después llegó una lesión que se alargó más de la cuenta. Los problemas físicos le han lastrado casi toda la temporada. Como con Juanpe, Pellicer ha tratado de hacerle partícipe para los partidos importantes.

Ramón Enríquez, en La Rosaleda. / Carlos Guerrero

Ramón Enríquez

Por desgracia, una campaña más se le ha visto con cuentagotas. Fue uno de los tres supervivientes del descenso.Tardó casi un año en volver a competir. Dio varios pequeños recitales marca de la casa y luego se rompió de nuevo. Su futuro es una verdadera incógnita ahora mismo. Acaba contrato.

Dani Lorenzo intenta regatear. / Carlos Guerrero

Dani Lorenzo

Al principio le costó un poco más, teniendo que preocuparse también por las cuestiones defensivas. Pero en 2024 se ha convertido en un elemento fundamental, especialmente cuando le acercaron un poco más al área. El jugador más clarividente del Málaga seguramente, añadió a su cuenta un buen número de goles y acciones determinantes.

David Larrubia regatea. / Carlos Guerrero

David Larrubia

El único día en el que Pellicer no ha contado con él (y por alguna molestia) fue en la jornada 38 ante el Real Madrid Castilla. Ha ido creciendo poco a poco durante el curso y en el tramo final ha logrado alcanzar su mejor nivel. Quizás se echó demasiada presión a sí mismo en su vuelta a Málaga tras la cesión al Mérida. Un talento a cuidar.

David Ferreiro celebra un gol. / La Otra Foto

David Ferreiro

Bendito el día que Loren Juarros decidió reforzar el equipo en enero con el veterano jugador gallego. Relevante en muchos aspectos tangibles e intangibles. Aporta asociación, pausa, amenaza de fuera del área, desborde, gol, balón parado... Ha aparecido por ambas bandas según necesitase el equipo.

Juan Hernández, en acción. / Carlos Guerrero

Juan Hernández

El fichaje que ha tenido un rendimiento más bajo del equipo. Bien por las lesiones, bien por las elecciones de Pellicer, apenas ha jugado en la segunda vuelta. Hombre de banda, el entrenador trató de reconvertirlo en punta, con poco éxito. Y eso que en los inicios tuvo cierta incidencia en el juego del equipo.

Haitam Abaida remata. / Carlos Guerrero

Haitam Abaida

Como a Ramón, se le hizo ficha pese a venir de una grave lesión. Tuvo cuatro partidos y marcó dos goles, ambos valieron puntos importantes en los empates ante Córdoba e Ibiza. Eso lo dice todo. Luego se rompió de gravedad de nuevo. El club confía tanto en él que le renovó hasta 2027 a pesar de su historial médico.

Kevin saluda a la grada. / Carlos Guerrero

Kevin Medina

Es la magia del equipo, lo imprevisible, el descaro, el talento. Lo que pasa es que siempre se le pide más. Su temporada ha tenido algún tramo de dientes de sierra, pero ha marcado sus goles y dado sus asistencias. Condiciona mucho al adversario, fuerza innumerables faltas y tarjetas. Y luego tiene capacidad de sacrificio.

Dioni celebra un gol con la grada. / Carlos Guerrero

Dioni Villalba

Sin ser la temporada que él esperaba, ocho goles le convierten en el segundo máximo goleador del equipo. Formó pareja con Roberto en muchos partidos en la primera vuelta. Luego Pellicer encontró otra fórmula y perdió protagonismo. El duro golpe que recibió en la cabeza le cortó las alas. Siempre ha demostrado compromiso. Un gol clave en la final para mantener la fe.

Roberto celebra un gol. / Carlos Guerrero

Roberto Fernández

La explosión definitiva del delantero. Poco a poco despejó cualquier duda acerca de su capacidad goleadora. Junto a Alfonso Herrero, el mejor del equipo. En los play off ha terminado de reventarla. La cuestión es que además de eso es un jugador cargado de virtudes y que trabaja de manera infatigable mientras está en el campo. Estelar.

Javi Avilés, durante un duelo. / Carlos Guerrero

Javier Avilés

Quizás uno de los problemas es que vendieron su llegada como la del ansiado delantero invernal y eso ha jugado en su contra. No ha tenido demasiadas oportunidades y ha tenido más minutos en las bandas que en punta. Apenas ha contado en los partidos decisivos para Pellicer.

Izan Merino, en un partido. / Carlos Guerrero

Izan Merino

El canterano ha estado toda la temporada en la órbita del primer equipo, aunque ha jugado más con el filial. Pellicer ha contado en varias ocasiones con él y en general no desentona pese a que era menor de edad. Especialmente bien en la primera mitad ante el Algeciras jugando en el centro de campo, donde rondó el gol. Perla a cuidar con mimo.

Antoñito Cordero, en Barakaldo. / La Otra Foto

Antoñito Cordero

Ha sido la estrella del Atlético Malagueño y cada vez que ha jugado con el Málaga, han pasado cosas. Pellicer ha tirado de él como revulsivo y opción para segundas partes en diferentes etapas de la temporada. Y tenía lo mejor reservado para el final. Para siempre, el héroe del ascenso en Tarragona. 17 años, el futuro es suyo...

Aarón Ochoa, ante el Ceuta. / Carlos Guerrero

Aarón Ochoa

16 años, sí, 16 años. Y juega con la personalidad de un futbolista con cicatrices y entradas en la frente. El mediapunta es menudo pero no se arruga al meter la pierna. Tiene descaro y personalidad. Ha dejado en el banquillo a algún veterano esta temporada. Y qué final en Tarragona, qué zapatazo para originar el 2-1 y qué jeta.

Bilal, en acción. / Carlos Guerrero

Bilal Ouacharaf

Loren Juarros creía en él y le dio ficha del primer equipo. Pellicer no. Así que salió en el mercado invernal. Aun así, tuvo algunos minutos con el Málaga. En el vestuario era uno de los más queridos.

Loren Zúñiga se lamenta. / La Otra Foto

Loren Zúñiga

No terminó de aceptar su rol ni de lograr un rendimiento óptimo. Durante toda la primera vuelta, aunque no gozó de los minutos que quería, participó en casi todas las jornadas. No marcó ningún gol. En diciembre le dieron la carta de libertad y se marchóal Real Madrid C.

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