El segundo escalón (21:00)

Se respira un aire diferente en el Málaga, que se soltó las cadenas en Lezama. Quiere mantener la cautela Natxo González, con mil tiros pegados, pero no se puede disimular el efecto revitalizador que tuvo el triunfo ante el Amorebieta. Seis partidos necesitó el técnico vitoriano para tocar una tecla que andaba desactivada desde hacía algún mes. Se liberó el equipo malagueño, que ahora quiere dar otro paso. Hay máxima necesidad de ganar en casa. Futbolística y mental. Para dar un paso adelante y comenzar a construir con convicción verdadera porque la Segunda División, por su naturaleza, aún da margen para todo. Por arriba y por abajo.

Son casi cuatro meses sin que La Rosaleda celebre una victoria. Demasiado. Es paradójico porque los malaguistas en un tramo de la temporada fueron el mejor equipo en casa. Ahora están en el otro lado de la balanza. Lo que entonces era un fortín, ahora se convirtió en todo lo contrario. Por ahí se explica buena parte de la dinámica reciente del club de Martiricos, que agachó la mirada y empezó a notar el calor de la zona baja. El impulso de los tres puntos de la semana pasada debe ser un buen trampolín para saltar esa segunda barrera. Un estadio donde debería haber un buen ambiente, por más que el horario del partido no sea el mejor. Habrá un bonito detalle con Ucrania. Simbólico antes del partido y con la donación de un euro por cada entrada vendida. Toda ayuda es poca.

Llega la Ponferradina, en la Costa del Sol desde ayer. Los del Bierzo son una de las gratas sorpresas de la categoría. Si es que a estas alturas se les puede llamar sorpresa. Su trayectoria ha demostrado que son una realidad, habiéndoselo ganado a pulso en el césped. Como de costumbre, el mejor juez en esto del balompié. Los de Jon Pérez Bolo, el entrenador más longevo en Segunda en un banquillo con más de 100 partidos, marchan quintos y aún no saben lo que es salir del play off. Para un club así es un éxito enorme. Y tienen colchón aún.

Han sabido moverse en el mercado y juntar a futbolistas talentosos como Dani Ojeda o Jose Naranjo y a otros como carrera como Sergi Enrich. La mezcla es sensacional y los resultados lo muestran. La cabeza visible es Yuri, el sempiterno Yuri. Tendrá más años, pero no olvida el arte de meter goles el brasileño, siempre con ese veneno en el área. Hay cuatro futbolistas con pasado malaguista como Iván Rodríguez, Erik Morán, Cristian Rodríguez y Kuki Salazar. Será la primera visita del último. El que realmente goza de galones es el segundo, bien asentado en la medular.

Es probable que con la baja confirmada de Peybernes Natxo González vuelva a la defensa de cuatro, pero no dio pistas en la previa. Lombán y Juande estarán en la zaga, con Víctor Gómez y Javi Jiménez. Si sigue con cinco su puesto puede ser de Braian Cufré, más ofensivo. Escassi, Jozabed y Febas para la sala de máquinas, con Vadillo, Brandon y Chavarría para la parcela ofensiva. Ahí también hay que dar mordiscos. Mucho en juego para el Málaga, que quiere recuperar la bala de La Rosaleda.