La increíble historia de Pol Arnau, el hijo del mítico Francesc: "Un ángel me ayudó desde el cielo"
Canterano malaguista, es lateral y por una lesión de un compañero del Logroñés se puso de portero para eliminar de la Copa del Rey al Girona con un paradón en la tanda de penaltis
Ya marcó para eliminar al Eibar
Es una historia de esas increíbles que si es de Hollywood parecería un exceso, de esas que sólo la Copa del Rey puede ofrecer. Pol Arnau Camacho (2004), uno de los hijos del mítico Francesc, tristemente fallecido en 2021, se convirtió en héroe de la Unión Deportiva Logroñés, equipo de Segunda Federación, para tumbar a todo un equipo de Champions League como el Girona. El equipo riojano venció en la tanda de penaltis después de que Pol, canterano malaguista y que actúa normalmente como lateral, tuviera que colocarse en la portería porque el guardameta local, Kike Royo, se debió retirar conmocionado y ya estaban los cambios agotados. La posición en la que su padre se hizo histórico del Málaga, con más de 10 temporadas en el plantel, capitán y después director de cantera y deportivo, le hizo viral en un mágico miércoles de Copa del Rey. Su hermano Marc sí es guardameta y juega en el Mollerusa. Para dar más realce a la historia, el jugador criado en Málaga derrotó al equipo de la tierra de la que era su padre (Les Franqueses era su pueblo).
Bajo los palos, Pol realizó un paradón al internacional español y campeón olímpico Abel Ruiz en la tanda de penaltis después de haber mantenido el cero en su portería en toda la segunda parte de la prórroga. El fallo postrero de Stuani en el último lanzamiento permitió avanzar al Logroñés a la tercera ronda, donde seguramente espere uno de los equipos de Supercopa (Madrid, Barça, Athletic o Mallorca). El asunto es que ya el pequeño de los Arnau ya había sido protagonista en la anterior ronda, cuando se cargó al Eibar metiendo un gol. Una Copa inolvidable para él, que tiene ficha del filial, el Logroñés Promesas, que milita en Tercera RFEF, con el que juega normalmente. Sólo ha intervenido en un partido de Liga, jugando 90 minutos como titular, más los dos de Copa.
Pol, como su hermano Marc, pasó su infancia, creció y jugó en Málaga mientras su padre era jugador, como también lo era su madre, María José, y después empezó a trabajar en el club. Desde pequeño estuvo en la Academia. Compartió generación con los hijos de Julen Guerrero y Kameni, Carlos López, Andrés Caro, Dean Huijsen... Tras su segundo año como infantil salió del club. De ahí jugó dos temporadas en el Atlético Benamiel en cadetes antes de marcharse con su padre a Oviedo, donde estuvo en cadetes y primer año de juveniles. De ahí se marchó a la Damm, prestigioso equipo catalán de fútbol base. En la temporada 2023/24, ya como senior, fichó por el Logroñés para su filial, con el que quedó campeón en Tercera RFEF aunque que el primer equipo no ascendiera a Primera RFEF en la fase de promoción propició que se quedara. Y ya esta temporada ha debutado con el primer equipo, viviendo esta increíble experiencia. La imagen de Pol manteado tras el partido por sus compañeros ponía los pelos de punta. Era la misma que la de Francesc cuando jugó su último partido como profesional, en mayo de 2011 en La Rosaleda, en un partido contra el Barcelona.
"Un ángel me ha ayudado desde el cielo", decía Pol en la sala de prensa en Las Gaunas, emocionado, en alusión a su padre: "Mi hermano también es portero. Quizás lo llevo en los genes. Cuando he visto que alguien se tenía que poner de portero, no he dudado. Me fui al banquillo y le dije al mister que me pusiera. Él no leo veía claro, pero le he insistido tanto que ha dicho, 'venga, Pol, ponte tú'. Antes, durante también, tengo presente siempre a mi padre, cada partido que juego, cada día. Lo tenía claro que me estaba ayudando. Esto es gracias a él. Tengo un ángel en el cielo que me está apoyando. Al final he podido parar un penalti. Seguro que estará orgulloso". Esa fue la clave de una situación en la que su equipo ya había consumido los cambios y según el reglamento de Copa -que no es como el de la Liga- no podía hacer más sustituciones; el entrenador del equipo había pensado en otro jugador "pero le he visto tan seguro que le he dado los guantes", dijo el técnico, Sergio Rodríguez.
"Lo primero que quiero decir es que le dedico esto a Kike Royo", afirmó Arnau, en alusión al portero de su equipo, que se retiró conmocionado y fue trasladado a un centro hospitalario aunque estaba consciente: "Me he visto con confianza, me he puesto, sabía que podía hacerlo bien y ha salido, aunque si mis compañeros no hubieran metido los penaltis no estaríamos hablando de esto. Fue un gran trabajo de todos. Poder competir con el Girona ya es un gran trabajo y luego, en el campo, con actitud todo fluye. Ahora, a pensar en el próximo encuentro del filial y a estar a disposición de este club en lo que me necesiten". Es la increíble historia de Pol Arnau, el hijo del histórico portero malaguista Francesc.
También te puede interesar