La inquebrantable fe malaguista
El Málaga proyectó en Granada una imagen muy potente como entidad con el gran respaldo de su afición en Los Cármenes
También se recordó la responsabilidad que hay con ella
El punto que salvó el Malagueño
La fe malaguista vivió en Granada un día de reafirmación y felicidad. Se proyectó una imagen potentísima como club y entidad llenando hasta los topes de blanquiazul la grada del tiro de cámara de Los Cármenes con el protagonismo del gran motor, una afición que en el peor momento deportivo del Málaga Club de Fútbol en los últimos 25 años ha dado un paso adelante. De alguna manera, caer al pozo ha servido para que ese orgullo de pertenencia crezca, en momentos en los que los buitres revolotean alrededor buscando su cuota de protagonismo y aumentar su ego. Fue emotivo ver a esos 5.000 aficionados bailando y cantando con el equipo para celebrar la victoria en Granada en una temporada que está dejando numerosas estampas de este estilo con desplazamientos masivos siguiendo al club en este tortuoso camino para regresar al fútbol profesional. Se sobrepasó el ámbito local, en las redes volaban los vídeos.
El apoyo sigue en un momento en el que no se puede disimular que el Málaga no está bien. El partido en Granada, pese al 0-2, fue malo. Hubo contundencia para meter los goles a través de Dioni y Roberto, Alfonso Herrero dejó la puerta a cero después de seis partidos oficiales consecutivos en los que se había recibido algún tanto y los puntos no parecieron peligrar, pero el juego fue deficiente y muy mejorable. El equipo se ha caído en el inicio de 2024 y, aunque fue la primera victoria del año, el recordatorio es que habrá que mejorar mucho para asegurar y ser competitivos en el play off por el ascenso.
El fin del mercado debe traer un par de piezas más para dar más profundidad a la plantilla en la segunda mitad de temporada. También tranquilidad en un momento en el que a Sergio Pellicer se le ha visto algo incómodo a la hora de hablar del mercado, sin ser demasiado explícito pero evidenciando que no está demasiado conforme, sea con los tiempos de los fichajes o con los mismos. Pero está claro que se debe mejorar colectivamente.
El tramo de calendario puede ser amable, con el Baleares viniendo a La Rosaleda y con la visita a Melilla (avisó ganando al Ceuta por 2-0 esta semana) antes de la venida de un rival directo, el Recreativo de Huelva. Pero no se trata de rivales, sino de mejorar porque lo que viene, en el mejor de los casos hasta entrado junio, es muy exigente. Y con el estado actual del equipo no existen visos halagüeños.
La plantilla comprobó una vez más en Granada cómo soplan los que están detrás, pero también la responsabilidad que hay cuando salen a jugar. Vale también para los responsables del club, que deben afinar el disparo en las últimas horas del mercado para apuntalar un equipo que pide ayuda aunque los jóvenes estén respondiendo. Pero con lo actual, la línea es menguante a pesar de la victoria en Granada, que fue un día inolvidable fuera del césped pero muy mejorable dentro de él.
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