Izan Merino pide la vez

El canterano supera dos pruebas de alto nivel en La Coruña y Cádiz y demuestra que está preparado para ser asiduo en la rotación

El Atlético Malagueño sigue volando

Izan Merino saluda tras el partido en Cádiz. / Carlos Guerrero

Málaga/Con la titularidad de Izan Merino en Cádiz son ya 20 jugadores los que han partido en el once inicial en las 11 jornadas disputadas. No hay tanta variedad en otro equipo de Segunda División, es un ejemplo de la idea de Sergio Pellicer de tener conectado a toda la plantilla para cuando le haga falta, aunque es cierto que es un arma de doble filo. Las actuaciones, por ejemplo, de Gabilondo y Sangalli en el Mirandilla estuvieron lejos de los mínimos y eso propició que fueran cambiados al descanso. Pero el técnico piensa que tarde o temprano los necesitará y le da cancha. 

En esta doble salida a dos campos de tronío y máxima exigencia como La Coruña y Cádiz ha tenido protagonismo Izan Merino. Sus coetáneos Antoñito Cordero y Aaron Ochoa se habían hecho fuertes en el once titular mientras él, capitán desde niño en cada equipo en el que estuvo, seguía trabajando aguardando la oportunidad. La lesión de Luismi en la víspera le dio la titularidad en Mirandilla después de un notable segundo tiempo en Riazor. Han sido 135 minutos que han constatado que Izan está listo para rendir también.

Merino jugó el grueso del partido en Mirandilla en el mediocentro junto a Manu Molina, pero acabó jugando el partido de Cádiz de central. Antes de Riazor había jugado sólo 10 minutos, repartidos entre el estreno en Ferrol y el duelo en casa ante el Huesca, en el que por necesidades del guión lo hizo (nada mal, colocando una pelota de gol) en la banda derecha. Esa polivalencia y versatilidad del canterano malaguista le hizo ser asiduo de las selecciones inferiores de España. De centro del campo hacia atrás puede jugar prácticamente en todas las posiciones, se recuerda un partido tremendo la temporada pasada ante el Algeciras de interior y llegando con insistencia al área, con varias ocasiones claras. Tanto en Riazor como en Cádiz se ha asomado al balcón y lanzó disparos que repelieron los porteros, pero es una cualidad que puede desarrollar también. Ahora se ha salido de la rueda en las últimas citaciones por su falta de minutos, pero a buen seguro que se reengancha si mantiene una habitual participación en el fútbol profesional, parámetro que pesa mucho para los seleccionadores a la hora de elegir. Hace año y medio jugaba un Europeo sub 17 con Lamine Yamal y Pau Cubarsí, por ejemplo, antes de las explosiones de dos jugadores que parecen generacionales, especialmente el atacante.

Cuando Izan Merino renovó su contrato coincidiendo con el final del mercado de verano la convicción mutua era que el canterano malaguista acabaría siendo importante. Los cantos de sirena desde el Real Madrid habían sido constantes. Evidentemente, si el equipo blanco hubiera llegado con todo su poderío por Izan se lo hubiera llevado, pero las condiciones no convencían al Málaga, que las consideró pobres, y fue una retención de un jugador que se ve estratégico y que puede tener un largo recorrido en el primer equipo, aunque el contrato no fuera por una extensión larga, hasta 2027. Son temporadas en las que debe crecer progresivamente. Ahora va llegando su momento.

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