Un lavado de cara a tiempo

Pepe Mel comienza a dar esperanzar para creer

El vestuario es el mismo

Conjura del equipo. / Pepe Gómez
Juli Torres

20 de diciembre 2022 - 06:10

El Málaga CF llega al parón navideño en el mejor momento de forma de este año 2022, quién se lo iba a decir a más de uno, casualidades de la vida están a sólo dos puntos de la salvación. Una victoria acompañada de buenos resultados rivales podría darle un respiro al conjunto de Martiricos, quien después de mucho tiempo podría volver sacar la cabeza de nuevo.

Pepe Mel parece haber dado por fin con la tecla que se le pedía y es que el conjunto blanquiazul lleva cuatro encuentros en La Rosaleda sin perder. No debería ser un hecho heroico, sin embargo este club llegó a estar cerca de un año sin ganar como local hace poco y en los últimos ha obtenido dos victorias y dos empates. Cifras mejorables por supuesto, pero nada malas para lo que se tenía acostumbrado.

Además, los de Martiricos llegan a estas obligadas vacaciones cumpliendo con sus obligaciones, pues se lograron adelantarse en las tres últimos citas: Granada en La Rosaleda, Ibiza a domicilio y de nuevo Alavés en casa. Precisamente, ante dos recién descendidos de Primera División. Equipos hechos, al igual que el Málaga, para ascender. Aunque en Martiricos ese deseo pasó a mejor vida. Ahora lo importante es que como ha remarcado Pepe Mel en varias ocasiones el equipo está compitiendo ante cualquier equipo, sin importar el nombre.

El técnico madrileño ha dejado claro que conoce cuál es el camino, pero necesita tiempo, obviamente tiene experiencia pero no puede hacer milagros. Sin embargo, ante el Alavés reconoció públicamente que el equipo hizo el mejor partido completo desde su llegada, donde la clave estuvo en dejar la potería a cero. Siendo sinceros el Málaga no ha conseguido todavía vencer por más de dos goles de diferencia, quitando la victoria de Guede por 1-3 ante el Mirandés en la jornada dos.

Otro punto interesante es que los blanquiazules también se están reencontrando con el gol, quizás no por mediación de Rubén Castro, pero con sus armas el plantel ha conseguido marcar en siete de los últimos ocho partidos, sólo ante el Levante a domicilio no se obtuvo el premio en ataque. Desde la doble derrota ante Oviedo fuera y en casa contra Eibar todos los encuentros se celebra un tanto. Ahora el trabajo viene en conseguir más de uno y poder vivir un encuentro sin el desfibrilador cerca.

Está claro que este es el camino que se debe seguir y se debe confirmar este jueves en la segunda ronda de Copa del Rey, donde los blanquiazules tienen que evitar repetir la pésima imagen que se mostró ante la Peña Deportiva, donde fue necesario recurrir a los penaltis para conseguir el pase. Una victoria contundente ante un Primera RFEF como el Nàstic de Tarragona podría ser el broche de oro para cerrar un año malo y confirmar el punto de inflexión actual. Sobre todo porque Mel no quiere tirar la Copa. Después de ese encuentro tocará cargar las pilas y rezar porque no se pierdan los brotes verdes.

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