La libreta de Pepe Mel en tres días de trabajo

Buena primera muestra de lo que pretende el madrileño: estilo, esquema y automatismos

Pepe Mel, tras el empate a uno ante el Villarreal B, en el centro del campo de La Rosaleda junto a sus jugadores.
Pepe Mel, tras el empate a uno ante el Villarreal B, en el centro del campo de La Rosaleda junto a sus jugadores. / Javier Albiñana

Tres entrenamientos tuvo Pepe Mel para darle su forma y estilo a la plantilla del Málaga CFMálagaCF. Su estreno ante el Villarreal BVillarrealB no se tradujo en victoria, en los tres puntos, pero sí dejó un poso de cambio, de mejora con respecto a lo que se venía viendo en este inicio liguero con Pablo Guede a los mandos. El madrileño introdujo algunos cambios en el once, cambió el sistema y fijó algunas nuevas conductas sobre el verde que trajeron aires renovados. El equipo dominó y fue merecedor de más ante el filial amarillo, un debut agridulce por el resultado pero prometedor por lo que puede estar por venir.

La primera piedra que debe colocar un entrenador cuando llega a un nuevo equipo, más con la temporada comenzada, es la del discurso. La palabra de Mel parece haber calado en unos jugadores que alabaron su sapiencia tras el choque. "Transmite confianza", "que no pide cosas raras", "con las ideas claras"... son algunas de las frases que pronunció la plantilla tras los primeros días trabajando con él. Gusta lo que trae bajo el brazo el experimentado técnico.

De primeras en el once de Mel no había demasiados cambios. La apuesta por Moussa, con la baja de todas los centrales naturales, era casi obligada, aunque gozase del comodín Genaro. La entrada de Hervías ya marcaba la hoja de ruta que se marcaba el técnico, que apostaba por extremos claros por los costados. La ausencia de Fran Sol, titularísimo hasta el momento para Guede, dejaba a Rubén Castro como única referencia en ataque. Por lo demás, los mismos nombres que venían siendo fijos para el argentino.

Ya con la pelota rodando se comenzaron a ver los primeros cambios. El equipo pasaba a un esquema con un único delantero, Rubén Castro, y dos extremos definidos, Pablo HervíasPabloHervías por derecha y Álex GallarÁlexGallar por la izquierda, buscando dar amplitud a la zona ancha del equipo y no depender sólo de los laterales como hasta ahora. N'Diaye fue el ancla del equipo cuando se gozaba de la posesión con Aleix Febas y Fran Villalba muy libres por delante, aunque era el catalán el que cumplía el perfil de segundo mediocentro, especialmente a nivel posicional, en bloque bajo.

Mel también adelantó notablemente la línea defensiva, estirando al equipo varios metros hacia delante, comprimiendo el campo y juntando las líneas. La presión estuvo más viva, recuperando en varias ocasiones tras pérdida en campo rival, uno de los puntos que buscaba el técnico madrileño. Además, uno de los males que mostró el equipo hasta la fecha fue la facilidad para desarmarse, para perder la posición y romperse en dos bloques, algo que pareció mucho más saneado.

Es una primera muestra de lo que planea Mel y agradó en La Rosaleda pese a no lograr el triunfo, se vio un equipo más entregado y que ganó en sentido. Se vio una mejor versión de Gallar, mucha más presencia en el área de Castro, algunos detalles de Villalba, brilló Moussa en su debut y N'Diaye sigue agrandándose. Aunque también se vio a un Febas más apagado, sobreexplotado en labores defensivas.

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