¿Dónde está el límite del Málaga CF?

El Málaga ha aterrizado con solvencia en Segunda, con los mejores registros de equipos que subieron o bajaron

Un gol después de 217 partidos

Las fotos del Granada CF-Málaga CF
Nelson Monte celebra en Granada. / Carlos Guerrero

Una de las frases de cabecera de Sergio Pellicer es que la Segunda División es una maratón. Y sí, coinciden los 42 partidos con los 42 kilómetros (más 195 metros) que cuenta el mito que recorrió Filípides hasta Atenas para anunciar la victoria bélica. Los primeros compases no son definitivos, pero sí ayudan a llenar el granero y a marcar tendencias. Y para un bloque recién ascendido, además con más de un 80% de jugadores que continúan, es esencial sentir pronto que se pertenece por derecho a la categoría. Es algo que el Málaga está consiguiendo. Es el mejor equipo de los que ascendieron desde Primera RFEF (también de los que bajaron desde Primera División) transcurridas seis jornadas. El mantra son los 50 puntos que garanticen la salvación (puede hacer falta alguno más según la temporada) y, una vez conseguidos, observar el panorama. Los 10 puntos que se atesoran en la actualidad dan un proyección de 70 a final de temporada, cifras que aseguran fase de ascenso y que, dependiendo del año, permite pelear el directo. Pero mayo queda lejísimos y no es el estilo y el mensaje que ha implantado Loren desde su llegada al club. Vendrán curvas y momentos delicados que habrá que sortear. Y entonces habrá que mirar seguramente a este inicio para recuperar sensaciones.

El Málaga está exhibiendo virtudes y demostrando que no le queda grande la categoría. El fatalismo que ha sido tristemente seña de identidad en muchas ocasiones parece haberse revertido desde aquel minuto 122 de Tarragona. El Málaga ha rascado puntos en los minutos finales de los partidos (también se le fue alguno, como en Ferrol), ha demostrado competitividad muy alta y no estar por debajo de ningún equipo. Puede pensarse que aún no se ha medido a equipos de mucho nombre, los teóricos favoritos a subir. Pero, aunque haya destituido al entrenador, el Granada no deja de ser ese perfil de club. Y el nombre en esta categoría puede orientar pero no dice todo. La mitad de los rivales con los que ha jugado el Málaga está en la primera mitad de la tabla. Y en ella está también el equipo de Pellicer, frisando los puestos de promoción.

Aterrizados en la categoría, vienen un par de jornadas intersemanales antes de final de año, también el inicio de la Copa. Contar con Antoñito Cordero, Izan Merino y Aaron Ochoa (también debutó Chupete en Granada) con dorsal del filial, además de tener ocupadas las 25 fichas, hace que la plantilla sea extensa con los asteriscos de lesionados de larga duración como Ramón Enríquez y Haitam. Van sucediéndose los problemas físicos, han caído varios, pero el rendimiento del bloque no se resiente. Es una máxima de Pellicer, asumir que habrá lesiones y no bajar por ello el nivel de entrenamiento, que el que esté bien puede jugar en cualquier momento. Fue raro, de hecho, verle repetir en Los Cármenes un once titular.

La fortaleza comienza en una portería con un Alfonso Herrero que está tocado por la varita y aparecer. No obstante, tampoco se puede caer en la sobredosis de azúcar. Hay campos de mejora muy evidentes como la defensa de los centros laterales. Volvieron a llegar de esa manera los dos goles en Granada y esa sangría debe parar, no es frecuente puntuar con dos tantos recibidos a domicilio, como sucedió en Ferrol y Granada. El equipo está siendo efectivo cara al gol, tiene grandes registros de puntería cara. Vendrán también épocas de mayor sequía y para ello hay que poner el candado en la meta de Alfonso. En cualquier caso, el aterrizaje en Segunda División ha sido suave. ¿Los límites del Málaga? La afición tiene licencia para soñar con lo que quiera imaginar, La Rosaleda se atesta en cada partido y fuera nunca está solo un equipo que contagia muchísimo por lo que transmite.  

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