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Previa del Málaga - Alcorcón, tercera jornada de LaLiga Smartbank
Cuando parece que baja, alguien le echa más leña. El fuego que mantiene la vida institucional del Málaga Málagaa caballo entre las páginas de tribunales y las de deportes es una pira que no cesa. El humo siempre huele. Debuta esta temporada el equipo en La Rosaleda y es difícil ver la ilusión entre el humo del enésimo incendio en Martiricos: la operación Craig es la última. Al Alcorcón le costará más ponerse al día de la vida en los despachos malaguistas que de analizar el equipo de Pellicer. Y no es tan sencillo.
Porque en las dos jornadas disputadas el Málaga ha sido capaz de cambiar el dibujo, las piezas, la actitud y los pronósticos. Tiene sólo un puñado de fichas profesionales –de 12 a 14 para hoy–, un buen saco de canteranos hambrientos y las fuerzas que da empezar de cero sin demasiado que perder. El Castellón se dio cuenta tarde de que el descaro y la bisoñez no sólo sirven para perder partidos. El recién ascendido recibió una pequeña lección al inicio de la Liga pero tiene más fiabilidad de la que se le presupone a un novato. El Alcorcón ya pasó esa etapa, ahora, asentado en Segunda quiere un sitio que no llame mucho la atención para ser capaz de dar la sorpresa en la recta final. Su entrenador, Meré, funciona, crece y expande sus dos buenas temporadas previas en el Fuenlabrada en un equipo que ya acostumbrado a Segunda. Ahora tiene la oportunidad de subir un escalón más en su carrera en los banquillos. Fiabilidad como sello personal para sus equipos.
Al Málaga, se le han caído un par de hojas por problemas musculares. No tendrá a los canteranos Ismael Casas en el lateral ni al eléctrico Hicham en el ataque. Casas, capitán de 19 años, pone en jaque a la zaga que deberá encontrar un recambio. Con la plantilla a medio confeccionar, una posición al descubierto es problemática. Pero Pellicer, como los buenos magos, ya ha conseguido alguna vez que no se le vea el remiendo en el truco. Nueve fichajes, Benkhemassa y los canteranos que quepan.
El ritmo, la concentración y la capacidad de anticiparse a los pasos del rival que enseñó en Castalia no pueden ser sólo un día inspirado. Pellicer quiere que sea el inicio de un mundo nuevo en Martiricos, mientras arde el antiguo. La única duda es si habrá más ascuas que ceniza al término del mercado. Meré sabe que tiene más rodaje, mejores hechuras y más automatismos que los blanquiazules, pero eso sólo garantizará un plus a las pizarras, a las sorpresas.
Encontrar la manera de introducir una china en el zapato del Alcorcón no es fácil. Los amarillos aún no ha recibido un gol: empataron contra el Mirandés a cero en el arranque y la pasada semana le metieron dos al Tenerife. Solidez, pizarra, más solidez y paciencia. Fácil de plantear, complicado de conseguir en Segunda, con media categoría empeñada en el mismo fin. Pero Meré, que puede repetir el mismo once que contra el Tenerife aunque baraja darle entrada al central Escobar, tiene ventaja, pule su idea en las últimas temporadas y evoluciona en un estilo con la fiabilidad defensiva como estandarte. Ideas claras.
El Málaga aspira a parte de eso. El talento que ha llegado a Martiricos aún no está a punto, el que ya estaba es muy joven, pero funciona. El golazo de Ramón fue un lazo a un partido estupendo del granadino en la zona ancha. Encontrar la manera de marcar es el quebradero de cabeza para el banquillo malaguista que tiene al margen de los delanteros buenos registros goleadores de sus piezas con los que subsistir hasta que todo pueda ensamblarse de mejor manera. Es su camino: complicado, inexplicable, divertido y genuino. Lo bueno y lo malo del fútbol en un estadio que volverá a estar vacío. Animarán desde lejos, al menos los sentimientos y la ilusión no arden.
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