Málaga CF - Albacete: Una victoria de diez (2-1)

El Málaga, con uno menos desde el 40', resistió y dio la vuelta al partido con un gol de penalti de Cordero en el añadido

El Alba falló una pena máxima en la segunda parte y el VAR jugó un papel decisivo

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Cordero celebra el 2-1. / Carlos Guerrero

El fútbol es mágico y regala momentos novelescos como el del último día de agosto de un 2024 que para el Málaga está siendo un eterno sueño de verano. Logró a la tercera su primer triunfo, ante un Albacete que todavía se pregunta cómo es posible que se le escapara vivo el conjunto malacitano. La Rosaleda marca la diferencia, aprieta y acompaña, mece al equipo y fustiga al árbitro. Quizás tuvo que ver en que acabase visitando el VAR para ese penalti final que Antoñito Cordero convirtió en el 2-1. El Málaga, no lo olviden, estuvo con diez desde el 40’.

No se rinde ni se arrodilla ante nadie el Málaga, incluso cuando la lógica te invita a pensar que lo más sensato es apostar contra él. Ganó a un buen equipo, que tuvo a uno más durante una hora de juego contando los añadidos. Que desperdició un penalti y que no encontró la vena donde desangrar al rival. Cuidado con el Málaga, como cuidado hay que tener con los conjuntos que se cocinan a base de cicatrices. 

Ante un Albacete que destaca por su buen desempeño en las transiciones ofensivas -manual del malagueño Alberto González-, sorprendió que Sergio Pellicer renunciase al pivote defensivo y apostase por una suerte de 4-3-3 con Manu Molina, Dani Lorenzo y Luca Sangalli como principal novedad.

Fue precisamente así como consiguió batir el cuadro manchego a Alfonso Herrero. Un balón atrás que se quedó algo corto, un despeje del portero que fue recuperado de manera fulgurante y conducido también al área de manera exprés, un exceso de jugadores del Málaga más allá que acá. Culminó Lazo, un viejo anhelo blanquiazul.

El Málaga, lejos de amilanarse, neutralizó pronto el gol albaceteño. Un balón llovido del cielo que Cordero devolvió en la dirección idónea, un torpe ademán de Ros y la velocidad de Dioni, que ejecutó con la derecha tras una buena conducción. El extremo y el delantero eran dos de los toques de autor que Pellicer le dio al equipo inicial.

Hubo momentos de ritmo y de alternativas para ambos, que se miraron a los ojos durante buena parte de la primera mitad. Pasada la media hora Larrubia intervino en un par de acciones que anduvieron cerca de convertirse en oro. Una en una contra de la mano de Dani Lorenzo y un disparo del 10 que rechazó Lizoain. Luego, un balón filtrado a Dioni que el meta alcanzó también.

Instantes después Álex Pastor realizó una entrada desmedida que le costó la roja de manera automática. El colegiado, el mismo de la ida ante el Nàstic, no titubeó. El Málaga, lejos de achantarse, tiró de casta y arrinconó al Albacete con tres acciones en las que siempre apareció un Cordero extramotivado después de la tensión que provocó su posible salida al Barcelona en las últimas horas de mercado. 

Pellicer, había retirado a Dani Lorenzo, que aunque estaba siendo de los más destacados andaba amonestado, para blindarse con Einar Galilea. 10 hombres sobre el césped, todos estaban en Primera RFEF. No debía gustar mucho lo que veía a González, que regresó de la caseta con un triple cambio.

Un Panenka mal tirado

Javi Rueda, otro malagueño que hace nada era rival con el Celta Fortuna, sacó un penalti claro a Einar Galilea. Quiles fue a marcarse un Panenka y se topó con un Alfonso Herrero que no se venció y se quedó el balón (50’). Ahí renació el Málaga, que zarandeó durante un rato al rival a lomos de una Rosaleda enorme.

A la hora de partido Pellicer preparaba un triple cambio para ir a por el partido. Luismi, Castel y Yanis. Pero justo ahí se lesionó Víctor García y tuvo que dejar el cambio de Rahmani para otro momento e incluir en el abanico a Dani Sánchez.

Poco a poco el Albacete se rehizo y gozó de varias ocasiones claras de gol, alguna abortada por el portero. Sin embargo, la resistencia del Málaga encontró su premio. Pellicer tuvo que poner a Jokin por un Puga extenuado. El vasco se internó por el costado y recortó a Juan María cayendo al piso. 

Reclamó con vehemencia, pero el partido siguió con el estadio enfurecido contra el colegiado, que acabó yendo a revisar la acción en el VAR. Penalti. Se lo pidió Cordero. Los heterodoxos no habrían dejado tirar al benjamín, pero el jerezano no es cualquier futbolista. 2-1 y primer triunfo. Este Málaga está hecho de otra pasta.

El penalti decisivo, de Gabilondo al júbilo de Antoñito Cordero / Carlos Guerrero

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