Málaga CF-Córdoba: El santo de espaldas (0-1)

El chicle del minuto 122 caducó hace tiempo y el equipo ve cerca el descenso en un 2025 lamentable

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Los jugadores tras perder con el Córdoba.
Los jugadores tras perder con el Córdoba. / Carlos Guerrero

El minuto 122 ya ha caducado. Ese chicle no se puede estirar más. De hecho, casi que se quedó en Gijón, donde se cerró de manera feliz 2024. Pero lo que es 2025, está siendo un suplicio para el Málaga. La derrota ante el Córdoba es una más de una segunda vuelta lamentable a pesar de algún partido bueno, alguna victoria agónica y algún arrebato de carácter. Hubo un tiempo en el que todo salía, todo venía de cara. Ahora los santos están de espaldas. Ni Alfonso Herrero aguanta ileso esta crisis.

El compromiso y el carácter están muy bien. Sin embargo, son virtudes mínimas que se le presuponen a un conjunto profesional. Tampoco se puede vivir siempre de eso. El presupuesto del Málaga, su liquidez y su límite salarial dan para más que para temer por la permanencia. Que el cuento del pobrecito ya está muy visto. La Rosaleda apuntó nuevamente en varias ocasiones al administrador judicial, José María Muñoz. Su manera de gestionar el club no sirve. El dinero tiene que estar en el césped. Y ahí también Loren Juarros tiene una cuota alta de responsabilidad. Su mercado invernal no es justificable de ninguna de las maneras. Ahora se paga el precio.

El Ferrari Castel fue un fracaso, Roko Baturina casi ni juega y no lo supo remediar sabiendo todo el mundo que era lo mínimo que necesitaba este Málaga. La broma está achicharrando, de paso, a Chupete. Un goleador de un tremendo potencial que estaba ascendiendo al filial con números estratosféricos. Y ahora está hasta en riesgo el ascenso del Atlético Malagueño.

Pide calma Sergio Pellicer, pero no cuela. Esto no es flor de un día, esto viene de un proceso de desfiguración del equipo en todos los aspectos. Ls cifras individuales del partido de turno no son excusa. Tiene que sacar muchísimo más del equipo. Su fórmula ahora mismo no sirve. Tiene que revisar el libreto y ser parte de la solución o igual no acaba la temporada. De tú a tú, a día de hoy, no le da para competir los partidos y además sigue tirando de jugadores que ni están ni se les espera. No hay un solo futbolista, también es importante decirlo, en su mejor versión.

Y eso que la primera parte dejó nuevamente algunos dejes del Málaga que había gustado tanto en la primera vuelta. A los 30 segundos Larrubia se sacó un disparo que se marchó alto y gozó de alguna buena transición. Tuvo dos especialmente claras. Un contragolpe que Kevin -que venía de dos asistencias seguidas- no supo gestionar cuando Dani Sánchez cabalgaba junto a él desmarcado y una excelente posición para marcar. Después un balón de Chupete al larguero tras rozar Carlos Marín tras un gran pase filtrado por Juanpe. El árbitro riojano no dio el córner.

Precisamente tras un saque de esquina (tuvo un buen puñado el Córdoba), Herrero voló para despejar un tiro certero de Carlos Isaac. Fue la más clara de los suyos antes del descanso, que llegó en una contra clara para el Málaga y que costó amarilla para Dani Sánchez por protestar. Cosas del gremio del silbato.

Otras amarillas supusieron cambios en ambos equipos al descanso. Obolskii y Kevin por Casas y Rahmani. El francoargelino está teniendo pocas oportunidades y sorprendió porque en este caso suele ser Cordero el seleccionado. El regreso al verde fue el mejor posible para los visitantes. Una falta directa en la que Jacobo probó a buscar portería y encontró petróleo ayudado por un efecto raro y por un Herrero que se la tragó tras dar un paso en falso.

El chasco fue tremendo y Pellicer, viendo que el equipo no se recomponía tiró de Ochoa y Dioni a cambio de Molina y Lobete. La Rosaleda, viendo que se pasaban los minutos sin pena ni gloria, reclamaba testosterona. No es el problema del Málaga ese, sino su falta de poderío ofensivo.

Porque desde ese momento hubo un bastante clara de Dioni tras una combinación de Ochoa y Larrubia, una acción personal de Puga que no se logró culminar Chupete y una falta lateral en la que Marín paró el remate de Einar. Ya está.

En el 94’ Antonio Casas casi remató al Málaga, pero el colegiado lo anuló por fuera de juego. Tampoco le hizo falta al Córdoba. El partido fue un quiero y no puedo, que es lo que está siendo el Málaga en este 2025. Tenía que ganar y perdió. Su balance no invita al optimismo. Sólo tres puntos le separan del descenso y el calendario es de aúpa.

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