Málaga CF, crecer con empates

Sólo cuatro puntos de los últimos 15, pero se sigue en la media para alcanzarlos 50  

Pepe Mel: "Le meteré el dedo en el culo a mis jugadores"

Kevin, ante el Real Oviedo. / Carlos Guerrero

Estadísticamente, desde que se puntúa con tres puntos la victoria en el balompié, un empate es un tercio de victoria y dos tercios de derrota. Dependiendo de cómo haya sido el transcurrir del partido queda una sensación distinta, pero la tabla es fría y sin sentimientos. El Málaga ha sumado cuatro de los últimos 15 puntos en juego, su única derrota es aquel día fatídico ante el Elche (0-3). Ha conseguido empates meritorios en La Coruña o Cádiz, que se van equilibrando con lo que ocurre. Puede quedar esa sinsabor de haber fallado un penalti en la última jugada del partido, pero igual que Alfonso Herrero frenó a Weismann en Granada lo hizo Aarón Escandell, un canterano de la Academia, con el alumno aventajado, Antoñito Cordero. 

El Málaga ha sumado, tras 10 jornadas de competición, 13 puntos gracias a esas dos victorias y siete empates. Va en cifras de esos 50 puntos anhelados para mantener la categoría, la proporción cuando se acerca el primer cuarto de competición es la correcta. Y es la perspectiva que no hay que perder. El nivel de la categoría es alto, el Málaga se ha enfrentado ya a equipos diseñados para subir, a recién descendidos desde Primera, con más presupuesto y posibilidades. Salvo el asterisco ilicitano nadie le pasó por encima. Esa proverbial competitividad que muestra un bloque se forjó en el fango de Primera RFEF es una seña de identidad muy estimable y básica para conseguir el reto. Habrá tiempo de evaluar si hay que fichar en invierno para mejorar posiciones concretas, pero la realidad es que el bloque en el que está confiando Pellicer es el del ascenso. Apenas Álex Pastor fue titular de los fichajes ante el Oviedo y es una tónica a lo largo de esta temporada. Este sábado, los cinco jugadores titulares más atacantes (Izan Merino, Larrubia, Dani Lorenzo, Kevin y Dioni) fueron malagueños, salvo el del Puerto de la Torre todos menores de 23 años, nacidos en el siglo XXI. El primer cambio fue Aaron Ochoa y el último Antoñito Cordero, ambos de 17 años. Se ha normalizado por su rendimiento, pero no es lo usual. Y que estén compitiendo a este nivel en Segunda División es también una inversión para el futuro crecimiento, sea en rendimiento o futuras ventas, el modelo que Loren propone y en el que se confía desde la entidad.

Sucede que habrá momentos difíciles y ese déficit de experiencia al que apuntaba Alfonso Herrero, no para culpar a nadie porque lo hizo tras una encendida defensa de Antoñito Cordero, es una realidad que puede costar sus puntos. El jerezano había asumido la responsabilidad ante el Albacete también en el descuento y la victoria se quedó en casa. Esta vez apostó por repetir al mismo lugar el lanzamiento y cató por primera vez la crueldad en el deporte del alto nivel. Es parte del proceso. Por el paso adelante y el crecimiento de esos jugadores canteranos por los que se apuesta pasará el color que tendrá la temporada para el malaguismo, que sigue respondiendo de manera formidable con su asistencia a La Rosaleda. Habrá que ganar partidos, eso sí, de empates no se puede vivir. Ahora llegan semanas complicadas, con acumulación de partidos, jornada intersemanal y encuentro de Copa. Pellicer ha sembrado para poder disponer de un amplio fondo de armario que utilizar. De hecho, tuvo que dejar fuera de la convocatoria a Moussa, Sangalli y Murillo, que estaban aptos físicamente.

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