Málaga CF-Eibar: Antídotos caseros (14:00)

El rey de los empates está harto de su título. Quiere triunfo, quiere gloria, quiere celebrar algo más que puntos agónicos y finales medio felices. Para ello, necesita tumbar al Eibar, uno de los aspirantes clásicos al ascenso, con un bloque fuerte y calidad individual. Los armeros amenazan La Rosaleda (14:00) en un horario fastidioso, de esos que parten los domingos familiares, más propio de la Premier que de España, donde nadie se ha acostumbrado aún a ellos a pesar de la torpe insistencia de LaLiga. 

El pateleo, no obstante, es en vano. El partido es el que es y a la hora que es y la afición no va a faltar ni a fallar. Es el complemento vitamínico que necesita el grupo para romper la racha. Así que en el Málaga nadie pierde el tiempo en otra cosa que no sea el encuentro. Pellicer analiza con celo al grupo, el trajín de la última semana es importante. Han sido dos citas exigentes ante el Oviedo y el Tenerife. Se cierra el intenso círculo contra los de Joseba Etxeberria, de quien no se fía el técnico de Nules.

No es, sin embargo, el Eibar y su juego lo que preocupa al entrenador blanquiazul. Cree contar con fórmulas para meter mano a los vascos. Se centra más en sus propios asuntos, en sus focos de mejora. Por lo pronto, mira hacia arriba. Quiere que su Málaga amenace más los espacios, que no juegue tanto al pie y que cuando toquen posesiones de lado a lado, aumente la velocidad de circulación y logren ventajas numéricas. Después, pide algo más de hambre, de soltura e intenciones para que los hombres de segunda línea aporten más.

Luego, al mirar hacia atrás, acepta que este año les toca ser menos recatados y eso provoca más ocasiones en contra. Pero no se conforma. Quiere una mayor contribución de todos y que los adversarios no se planten frescos en el área de Alfonso Herrero, a quien han lanzado cuatro penaltis en apenas un cuarto de temporada.

Es precisamente Herrero su única pieza inamovible. Luego dio pistas en su rueda de prensa sobre más posibles rotaciones. Va a volver a mover el árbol y puede que en la zaga roten casi todos salvo uno de los centrales. Por delante, la lógica invita a pensar que tirará de Luismi y Manu Molina, que en la segunda parte de Tenerife anduvieron bien. Larrubia debe volver a un costado y Cordero seguir en el otro con Ochoa de enganche y Dioni como punta. Todo lo que se salga de ahí, serían experimentos.

No podrá contar el técnico con Juanpe, que regresó con la cara rota de la salida a Tenerife y todavía no se sabe cuánto tiempo estará de baja.