El Málaga CF espera herramientas para tomar medidas contra los violentos
Los disturbios en tierras gallegas causan preocupación y se aguarda documentación policial para intervenir como se hizo tras los incidentes tras el partido ante el Ibiza
Incidentes en La Coruña
Los incidentes en La Coruña con participación de un grupo de radicales de Málaga coronaron una semana preocupante por el rebrote de la violencia ultra. Se han visto escenas en los 10 últimos días que van desde el lanzamiento de bengalas por hinchas del Athletic en el partido de Europa League en Roma, reprobado por sus jugadores, hasta la suspensión durante unos minutos del derbi madrileño entre el Atlético y el Real Madrid en el Cívitas Metropolitano por el lanzamiento de objetos sobre Courtois pasando por las escenas en el Reale Arena de San Sebastián en el Real Sociedad-Anderlecht con los hinchas belgas (en Málaga se les conoce bien por los altercados que formaron antes del partido de Champions en 2012 camino de La Rosaleda) rompiendo mamparas y lanzando objetos a aficionados locales o los radicales del Feyenoord haciendo lo propio en el partido de Liga de Campeones en el campo del Girona.
Obviamente, en el Málaga causó preocupación la situación, el nombre del club sale salpicado de manera directa e indirecta en titulares por acciones indeseables. Justo en un momento en el que La Rosaleda se llena, con mucha gente joven, y es puesta como ejemplo de fidelidad y apoyo. La Grada de Animación concentra a 2.200 personas, había lista de espera de más de 1.500 personas este verano, y es un grupo bastante heterogéneo. Se condenaron públicamente los sucesos y se aguardan herramientas con las que poder tomar medidas si se demuestra que los violentos que causaron destrozos en la ciudad gallega son abonados del club. Una vez fuera del recinto deportivo el control pasa a ser policial. Al ser un partido que había sido calificado de alto riesgo por la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, toda persona que acude al encuentro va identificada con su DNI e incluso con la matrícula del coche en la que se desplaza si lo hace por ese medio o debe hacer constar el transporte público con el que lo realiza. Las entradas se distribuyen según las peticiones de las peñas por cuotas según las peticiones que se registren y también entre particulares. En La Coruña había varios centenares de malaguistas, pero es cierto que una mayoría, a tenor de los imágenes que se vieron, iba vestido de negro y sin identificación con los colores blanquiazules.
Para tomar una medida sancionadora el Málaga necesita algún atestado o informe policial que involucre a los violentos que, en estos momentos, no obra en manos del club. La Policía está estudiando las cámaras de seguridad de los establecimientos en los que se realizaron los destrozos en La Coruña para identificar a los supuestos aficionados malaguistas, pero las dos únicas detenciones que se registraron fueron de miembros de Riazor Blues, los ultras deportivistas, el domingo por la mañana, acusados de un delito de desórdenes públicos y otro de atentado contra la autoridad cuando buscaban a los radicales malaguistas. En estos desplazamientos también es frecuente que se produzca la concentración de seguidores de otros clubes de ideología afín buscando gresca. La Policía encapsuló el sábado por la noche a los seguidores malaguistas y el domingo escoltó su entrada y su salida de Riazor. Pero no constan detenciones ni identificaciones. Hay preocupación en LaLiga, que intentar promover la tolerancia 0 con la violencia. Pero hay que ponerle el cascabel al gato.
El Málaga sancionó a 18 aficionados, por ejemplo, por los incidentes que se produjeron al final del último partido de la Liga 2022/23 en La Rosaleda en Segunda División, cuando ya se había consumado el descenso a Primera RFEF. Tras ese duelo ante el Ibiza, se sancionó por seis meses, de manera cautelar, a esos aficionados sin poder acudir a los partidos en La Rosaleda. Aquel día se demoró la salida de jugadores y directiva del club hasta las 22.00 horas; una hora más aproximadamente del tiempo habitual, hubo altercados en los alrededores, con barricadas y lanzamientos de objetos, pero sí se levantó acta y hubo documentación oficial y se detuvo a 13 personas. Los citados aficionados, se amplió el número después a 18, recurrieron vía judicial en su momento y hubo protestas, pero se dio la razón a la entidad malaguista. Igualmente, se sancionó también a un abonado de Tribuna por proferir insultos racistas durante un partido, en este caso se pudo ver con las cámaras de seguridad que hay en los estadios. Ha estado un periodo de seis meses con la prohibición de entrar a su localidad. Los estatutos del club recogen esa posibilidad de prohibir la asistencia cuando se cometa un acto vandálico o violento, siempre con documentación que la pruebe.
Durante la temporada pasada hubo desplazamientos masivos de la afición malaguista por la geografía española, como recalcaba Pellicer, y pocos incidentes. Uno de ellos fue en el viaje a San Fernando. En julio, la Comisión Estatal contra la Violencia propuso una sanción de 3.001 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por un período de seis meses a cada uno de los 31 aficionados identificados dentro del "Frente Bokeron", después de la reyerta producida el pasado 12 de mayo. Entonces, según la versión policial, "al finalizar el partido de Primera Federación entre el San Fernando CD y el Málaga CF, calificado de alto riesgo, varios miembros del "Frente Bokeron" se dirigieron a un bar en los aledaños del Estadio Municipal Iberoamericano, lugar de reunión de aficionados locales, al término del encuentro". También hubo altercados en Burgos y Santander en las últimas temporadas. Arrecia la violencia, no sólo en Málaga, en el fútbol y es motivo de preocupación.
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