Málaga CF - Racing de Santander: El líder se escapa vivo de La Rosaleda (0-0)

Enorme partido de fútbol en el que los blanquiazules pudieron ganar a un rival de mucha categoría

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Castel lamenta una ocasión perdida. / Carlos Guerrero

Va siendo hora de que el Málaga recoja algún elogio más de los que está recibiendo. No sólo detuvo la marcha triunfal del Racing de Santander -líder intratable de Segunda porque es imposible que un equipo que juega así de bien y domina tantas facetas del juego no lo sea-, es que mereció ganar. Porque si Alfonso Herrero estuvo bien cuando tocó, lo de Ezkieta fue espectacular. El regusto final es que además de disfrutar de un choque entretenidísimo, precioso de ver, el cuadro de Pellicer compitió como siempre y un poquito más.

El Racing de Arrigo López domina el arte del fuera de juego, pero el Málaga lo esquivó en muchas ocasiones y no sumó los tres puntos porque el meta contrario anduvo inspiradísimo. Igual este punto, como el de Zaragoza, suena a paso cortito. No debería. Tiene un valor enorme. No solamente sales ileso, sales reforzado. Los cántabros habían ganado todas sus salidas y acumulan ya 37 puntos. Poca broma.

No defraudó el partido desde el primer instante en que comenzó a circular el balón. La velocidad, las ganas, la propuesta y el ambiente eran de otra categoría, eran de categoría. Se preveía que habría duelo de ajedrez entre Sergio Pellicer y José Alberto López y tanto que lo hubo.

Sin renunciar ningún conjunto a sus señas de identidad, el Racing no tardó en mostrar qué le convierte en un equipo tan atractivo y qué le ha llevado a liderar con tanta solvencia la clasificación. Advertía el asturiano sobre que la sensación de peligro que le creaban los rivales derivaba en gran parte de que se deja continuar muchas acciones que son fuera de juego y eso arriba al rival al área aunque haya sido desactivado 30 metros antes. Y fue así al comienzo, el Málaga pululó por los dominios de Ezkieta pero con el nacimiento en orsay.

Era un choque vivo, de ida y vuelta. Pero el Málaga también tenía preparada su apertura, jugando con blancas ganó metros, ganó balón y logró provocar las mejores ocasiones del partido. Tuvo tres verdaderamente imperdonables y alguna más que inquietó a la parroquia visitante, con casi 500 almas en las gradas. 

La primera fue de Yanis Rahmani, que pese a todo completó sus mejores minutos desde que llegó. Se quedó solo ante el meta racinguista, le recortó pero al perder ángulo se le desvió la mirilla y la echó fuera. Igual pudo ser más generoso con Roko galopando cerca. 

Luego, fue el croata el que tuvo una similar, salió a trompicones de un duelo, casi se tropieza, pero pudo armar el disparo y sacar la zurda (sus compañeros dicen que es un cañón). Ezkieta la sacó por bajo. Ya cinco minutos antes había repelido un trayazo de Víctor García.

El meta fue el mejor sobre el verde de Martiricos. Tras mandar al traste el primer gol de Roko, también frustró con mérito y en boca de gol una ocasión de Lobete servida por Rahmani.

A los puntos, si el fútbol fuera boxeo, el Málaga ganaba. Pero en la lucha de sensaciones siempre quedaba la imagen de que el Racing podía formarte un lío en cualquier transición, tras cualquier rechace o mal pase. Tocaba rápido y con verticalidad y en varias ocasiones obligó a tomar riesgos a los defensas malacitanos. Como muestra dos opciones que sacaron Álex Pastor y Carlos Puga.

Los estrategas movieron fichas al descanso. Doble de José Alberto y cambio de nueve en el lado de Pellicer, que metió a Dioni en juego. Pero mientras Ezkieta seguía a lo suyo, saliendo bien a un balón que metió Larrubia a Lobete en área pequeña.

Pese a esta llegada, el Racing empezó a empujar al Málaga hacia su portería. Así que Pellicer resolvió con otro doblete movimiento. Introdujo a Cordero por Rahmani y sentó a Jokin al ver a Puga amonestado. Y siguió yendo a por todas el de Nules dando entrada a Castel por el extenuado Lobete. Al mismo tiempo (68’) entró Lago Junior entre bastantes silbidos.

El partido quedó resumido perfectamente a los 70 y pico minutos. Una apertura brillante de Luismi a Jokin, que centró in extremis para un Castel que controló y disparó a la media vuelta. El rechace llegó a Andrés para montar una contra perfecta en la que conectó con Lago. Alfonso Herrero ganó el mano a mano, pero la zaga no terminó de alejarla y tuvo que aparecer de nuevo Luismi en la línea para sacarla cómodamente.

Volverían a verse las caras el portero y el atacante. El ex malaguista disparó de fuera, mordido y con poca visibilidad. El gato de Toledo reaccionó como acostumbra. Había porteros, sin duda. Porque también Ezkieta detuvo un disparo de Dioni a bocajarro tras una gran conducción del malagueño.

No hubo tiempo para mucho más, pero las caras en el Málaga, más allá del cansancio es de que se quedaron con ganas de más, que les supo a poco. Otra seña más de identidad.

Las mejores fotos del Málaga CF-Racing de Santander / Carlos Guerrero

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