Málaga CF - Real Oviedo: Tu novia besó a otro (0-0)

Cordero falló un penalti en el último minuto que le negó su enésima tarde de gloria

Las fotos del partido

Cordero, antes del penalti en el Málaga CF-Oviedo
Cordero, antes del penalti en el Málaga CF-Oviedo / Carlos Guerrero

A Antoñito Cordero le ha dejado su primera novia. Acostumbrado a que la gloria sólo tuviese ojos para él, le toca aceptar que a veces el final feliz lo escriben otros. Esta vez el beso fue para Aarón Escandell, otro producto con ADN Academia, que le negó su enésima tarde de risas y portadas al jerezano. Habrá más para el chico, por supuesto.

Empata el Málaga con el Oviedo en una cita en la que si importante fue Aarón, tanto o más lo fue Alfonso Herrero para continuar con vida y opciones de ganar. Esta claro que el inconfundible sello blanquiazul es ser un gato panza arriba día sí y día también. Séptimo empate en una Segunda División en la que casi nadie saber cómo ganar a los de Sergio Pellicer y donde los rivales le temen cuando la partida está abierta en la recta final.

Le costó entrar en partido al Málaga, que tuvo que pegarse gran parte del primer tiempo con la guardia alta y esquivando los golpes de un Oviedo que cumplía con lo prometido. Presión alta, dinamismo y verticalidad. 20 minutos en los que el cuadro de Javi Calleja anduvo cerca del gol. Manu Molina sacó un disparo bajo palos y Alfonso Herrero rechazó otra buena ocasión de Sebas Moyano en un centro en el que Carlos Puga midió mal por alto.

Rendidos a Cazorla

Entre aplausos y loas a Cazorla, había un partido que disputar. Reaccionó el estadio para empujar a los de Pellicer, que poco a poco se asentaron. El once era parecido al de Cádiz con la inclusión de Puga, Einar y Dani Lorenzo. Cuando el Oviedo tuvo el balón, el marbellí pasó desapercibido y eso casi siempre significa que la posesión es del contrario.

Se rebeló contra el sino del encuentro Kevin Medina, el más insistente de todos los atacantes malaguistas. Tuvo duras pugnas con Luego, que raro fue que no se llevase un girón de la camiseta del extremo trinitario. El colegiado riojano tardó en concenderle una falta a favor. No obstante, fueron Dioni y Larrubia los que pudieron fabricar el1-0, pero no midieron los tiempos en una contra clara que acabó en fuera de juego.

El Málaga, cuando a comenzar a ganar duelos, hizo pequeño a un Oviedo construido para estar en la pelea del ascenso directo. A los de Calleja les duraba menos la pelota y dejaron de mirar de cerca a Herrero.

Repitió los movimientos de Cádiz Pellicer al descanso. Esta vez fueron Ochoa y Jokin los que entraron por Dani Lorenzo y Puga (que tenía una amarilla).

El Oviedo buscó en dos balones directos a Alemao y durante unos minutos hubo un ida y vuelta que terminó cortando el Málaga con algo más de control del juego. Los de Calleja estaban siendo el balón parado de Cazorla y poco más.

A la hora de juego llegó el ajedrez. Pellicer quitó a Kevin y tiró de Castel. Calleja sentó al mago (ovacionado por gran parte del estadio) y a Ilyas para refrescar su ataque.

Más suelto, Dioni se colocó en su pico favorito del área para efectuar un disparo preciso de rosca que Aarón logró despejar a córner. Y como suele ser habitual, el Málaga se fue creciendo en el tramo final de un partido.

Tomar riesgos conlle vó algo de peligro a la contra. Hassan pudo dar la puntilla, pero Alfonso Herrero obró su enésimo milagro con la punta de su bota. La réplica corrió a cargo de Cordero, en su primer minuto en el campo forzó la amarilla de Luengo y ejecutó la misma falta al área con mucho peligro. La detuvo Escandell nuevamente.

Hacía rato que el Oviedo se estaba conformando con el empate y lo que las contras trajesen. Paraschiv tuvo otra. No definió. Al borde del minuto 100 el Málaga tuvo una falta que metió en la olla Víctor García. Izan la peinó para Einar, que entraba a rematar solo en el segundo palo. Luengo le agarró de la camiseta e impidió su remate en boca de gol. Tras revisar el VAR, señaló penalti y expulsó al lateral.

Cordero llevaba minutos con el balón agarrado. A un mes de los 18 años todavía, volvió a demostrar una personalidad inusitada. Pero Aarón, otro chico que pasó por la casa, evitó otra tarde de gloria para el jerezano.

Aarón Escandell celebra el penalti parado
Aarón Escandell celebra el penalti parado / Carlos Guerrero
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