Otro día en casa del pobre

La recta final del mercado se convierte en una amenaza constante para el Málaga

El Elche pagó la cláusula de Tete Morente y dejó a los blanquiazules sin un protagonista en ataque

Tete Morente, en el primer partido de Liga contra el Tenerife.
Tete Morente, en el primer partido de Liga contra el Tenerife. / L.O.F.
Adriano Espinal

17 de septiembre 2020 - 08:11

Como el chaval que cambia de barrio para comprar estampas con la esperanza de que salga alguna inédita en su entorno, el Málaga ha ido rellenando su particular álbum buscando, sin paga semanal, en los pequeños sueños que alimenta el fútbol. La pragmática confianza de jugadores infrautilizados trajo a Tete Morente a la avenida de Martiricos y el gaditano respondió con protagonismo y buenas actuaciones en cuanto cogió el ritmo de competición. Una noticia tan buena que, en sólo media temporada, su marcha está muy lejos de ser anodina para al afición blanquiazul. El golpe de realidad no se curará con el montante de su salida.

Morente hizo efectivo el pago de la cláusula de rescisión que firmó cuando llegó a Málaga. Está cercana al medio millón de euros y un cuarto del dinero se lo quedará el Lugo, que bendijo su traspaso mediada la pasada temporada. En la mañana en la que el conjunto blanquiazul madrugó para confirmar la cesión del lateral zurdo Matos desde el Cádiz, perdía al protagonista de su sistema atacante en la recta final del una campaña tan extraña como la primera de la era Covid-19. Ahí es nada. El símil con el coleccionista de cromos no es del todo correcto: el Málaga también tiene un abusón que le sisa los mejores espacios ya rellenados en el álbum.

Morente puso rumbo a Elche. La sorpresa de la temporada en Primera y Segunda ascendió contra pronóstico. Era un actor secundario en el enésimo culebrón de LaLiga que salpicó de lleno la fase de ascenso pero acabó comiendo perdices en Primera con uno de los cinco presupuestos más bajos de Segunda. Todo un referente para los menos regados con el dinero de la televisión. El caso es que ahora quiere hacer un equipo con hambre y pocos recursos. Cifu está cerca de cerrar su acuerdo con la escuadra ilicitana y hay quien confirma que no será el último tentado por los franjiverdes. Ser protagonista en Primera no sólo se refleja en la cantidad de cifras en el contrato, también es un paso definitivo en la carrera de cualquiera. Tete lo sabe y su salida no le deja ninguna deuda pendiente en la capital de la Costa del Sol.

Con su marcha deja una ficha libre y un pequeño saldo económico que servirá para maniobrar en el ERE que está en marcha o en la confección de la plantilla.

El anuncio de que Jozabed será jugador de Sergio Pellicer para este curso futbolístico amortiguó la marcha del gaditano a media mañana, pero contener las reacciones en cadena durante el final del mercado de fichajes puede ser bastante complicado para los blanquiazules que ya tienen una plantilla pequeña y dificultades tremendas para confirmar refuerzos con el compromiso y la calidad necesarias para generar tanta ilusión como puntos. Una vez más, el equipo malacitano prueba las dificultades de la reglamentación liguera. Siempre dispuesta a guiñarle un ojo a los proyectos con mejores condiciones económicas que el resto.

El cierre de mercado con la competición en curso no beneficia a los que se adelanten en el trabajo de planificación ni a los que tienen poco margen de mejora. El Leganés y cómo perdió a parte de su ataque sin capacidad de reacción es sólo otro ejemplo. Desde la capital de la Costa del Sol es complicado saber si existe una corriente de equipos dispuestos a plantearse cambiar la norma. Con el club en un eterno recorte y los máximos accionistas inmersos en su particular pelea por no ser declarados culpables en un proceso judicial que cada semana les granjea un nuevo cubo de barro, la gestión institucional es un extra para todos sin herramientas para que sea exquisita.

Aparte queda la propia idiosincrasia de la competición en la que los únicos cambios suelen obedecer a la pugna constante entre la Federación y LaLiga. Todo un despropósito que no permite a los equipos ni tener claro cuándo jugarán con más de dos días de antelación. Un estanque turbio en el que tratar de sobrevivir bajo la sombra de los peces que con su sola presencia influyen en las corrientes.

Al margen de las reglas, ahora falta saber si el equipo podrá inscribir para la próxima jornada a Matos y Jozabed. Aunque ambos tendrán en sus piernas apenas tres entrenamientos con su nuevo equipo, entrar en la dinámica lo antes posible es importante para una plantilla que aún anda lejos de estar cerrada y que necesita cualquier pequeño detalle que le ayude a competir mejor. Sin que se avance en la mayoría de negociaciones que se llevan a cabo con los jugadores incluidos en el ERE, otros efectivos como Luis Muñoz aguardan para saber si podrán ser inscritos lo antes posible. El canterano se perfila como una pieza clave para Pellicer y aún aguarda a que LaLiga le dé el permiso al Málaga para confirmar que jugará en Martiricos. Como casi toda la plantilla, deja a un lado las ofertas en Segunda para apostar por el Málaga.

Demasiadas variables, demasiados pretendientes, demasiado poco límite salarial. Tantas variables que dificultan las semanas que restan para que concluya el mercado que en un día cualquier planificación queda obsoleta. La montaña rusa malaguista desafía a la gravedad y a los últimos proyectos de Elon Musk. Por suerte, cada bajada ha tenido una pendiente que subir por pequeña que fuera. Y ahí sigue el Málaga que en los tres días que ha consumido de semana ha generado más titulares que la mayoría de equipos profesionales del país. Aunque ahora los focos del periodismo nacional parecen lejanos, la función sigue proveyendo de emociones fuertes a los blanquiazules que, sin que casi se den cuenta, estarán peleando con el Castellón por quedarse en el escenario.

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