Una marea blanquiazul inundó el Nuevo Los Cármenes

Una marea blanquiazul volvió a atacar un nuevo escenario de nuestra comunidad autónoma, al igual que ya sucedió hace meses en Linares. La locura malaguista demostró no fenecer por muy cuesta arriba que esté el ascenso directo y algo más de 5.000 se lanzaron a la carretera para no dejar solos a los suyos, aunque fuese contra el filial del Granada CF y sean los últimos de la categoría de bronce del fútbol español.

Mientras que algunos augureros hablaban de la muerte de la entidad o de suplirla por otro club durante los últimos días, el malaguismo demostró que el sentimiento está más vivo que nunca y que la mala situación del conjunto de Sergio Pellicer desde comienzo de año no va a cambiar el sentir de una hinchada que se va superando cada vez más con un desplazamiento para la historia del fútbol andaluz.

Durante las horas previas al derbi, los alrededores del Nuevo Los Cármenes se vistieron de azul y blanco con la llegada de la marea ya mencionada para animar a su equipo con un ambiente de gran cordialidad con sus vecinos granadinos. Ambas aficiones con la intención de apoyar a los suyos en una tarde que será recordada con el paso de los años.

Conforme se acercaron las 14:30 del mediodía, la Fan Zone se fue despejando y los seguidores de la entidad de la Costa del Sol se agruparon en la zona de entrada de los autobuses para recibir a sus jugadores con cánticos.

Ya todo volvió a la normalidad hasta que comenzó el partido. En ese momento, la preferencia del feudo nazarí se convirtió en una 'mini Rosaleda' con alrededor de 5.500 personas animando al cuadro entrenador por Sergio Pellicer, mientras que un número similar de aficionados locales ocuparon tribuna y una ínfima parte de uno de los fondos, pero sin ser tan ruidosos como los visitantes, que abogaron por hacer más patente aún el hermanamiento cantando en repetidas ocasiones "¡Granada es de Primera!".