Mundial 2030: El Málaga asegura que el segundo anillo de La Rosaleda tendrá que ser demolido para la ampliación
El club cuenta que según la consultora CBRE, el tercer anillo no puede construirse sobre la estructura actual
Otro puente sobre el Guadalmedina
A la espera de que en diciembre se confirme que España -de la mano de Portugal y Marruecos- es designada como sede del Mundial de 2030, en Málaga las obras de La Rosaleda y su entorno se están convirtiendo en un quebradero de cabeza de grandes dimensiones aun cuando todavía el proyecto tiene los pies de barro y la ciudad no tiene asegurada la plaza. Problemas que se trasladan también a un Málaga Club de Fútbol que asegura estar viviendo todo este proceso a oscuras y temiendo los efectos colaterales a nivel logístico y económico.
La transformación del estadio puede ser más radical de lo que se esperaba en un primer momento poder hacer sobre el espacio de lo que es el estadio en sí. La nueva Rosaleda, para ajustarse a los requisitos de la FIFA, debe estar por encima de los 40.000 espectadores. Siempre se ha sostenido que se aprovecharían los dos anillos existentes y se construiría un tercero por encima, que en su día se diseñó para eso (José Seguí fue el arquitecto). El Málaga, sin embargo, ha trasladado que tras la visita de CBRE -la consultora a quien se ha encargado planificar este asunto- se informó de que todo el segundo anillo tendría que ser demolido porque no es compatible por sus características con una ampliación. En esta empresa, como curiosidad, trabaja ahora Luis Yáñez, cuñado de Fernando Sanz y en su día director general de la entidad de Martiricos.
“Ayer contratamos un estudio de la actual estructura del estadio. Se va a contratar un estudio geotécnico para el entorno. Pero también se van a hacer otros tipos de estudios, qué hacer con el Málaga durante las obras del estadio”, contó Juan Alba, coordinador de infraestructuras del Ayuntamiento de Málaga, que afirmó: “Ayer -por el miércoles- contratamos un estudio de la actual estructura del estadio. Se va a contratar un estudio geotécnico para el entorno. Pero también se van a hacer otros tipos de estudios, qué hacer con el Málaga durante las obras del estadio”. Dio fechas en las que 2025 apunta para “demoliciones” y hacer desaparecer el Anexo y todo lo que llega hasta Valle Inclán;2026 para empezar las obras en el estadio;y diciembre de 2028 como fecha exigida por FIFA para su finalización para que en 2029 se pueda librar el Mundialito de clubes.
“Necesitamos 43.000 metros cuadrados en superficie para albergar la fan zone y carpas. Esto tendría que estar en 2030”, sostuvo Alba. Eso se lleva por delante no sólo el Anexo sino también el Instituto Gualdamedina y hacia el otro sentido, el edificio donde están las oficinas del primer equipo y todo el cuerpo técnico, cocina, área de descanso y también el almacén y resto de zona logística. Además de lo que es el actual parking. Ese área norte debería estar despejado porque el proyecto alberga una idea ambiciosa.
Así lo explicó Alba: “Nos planteamos un estadio para dar cabida a los privados con otra serie de prestaciones. Hay un estudio de potencialidad que nos determine si nos merece la pena invertir más o no, como un césped deslizante. No como el Bernabéu, sino como el del Schalke 04. Algo que dejara el estadio en superficie. Que la grada Norte sea compatible con un césped deslizante que entrara por debajo si entrasen los privados. Nos dejamos cosas como una cubierta”.
De cualquier forma, viendo las fechas que se manejan, esto afectaría al Málaga en hasta cuatro temporadas diferentes. “Es un proyecto que pretende regenerar todo el entorno. El proyecto tiene una fase primera, la celebración del mundial. Y una segunda, el post mundial. El Málaga tiene en lista de espera 14.000 personas para abonarse, necesita también la ampliación”, expresó Alba, pero en el club consideran que estos años alejados presumiblemente de La Rosaleda mermarían la actual demanda y el proceso de crecimiento en masa social y abonados.
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