Una noche de esas (21:00)
La previa del Málaga CF-Sporting
El Málaga recibe al enrachado Sporting tras dos meses sin ganar en La Rosaleda
Málaga/El Málaga está ante una noche de esas. De esas en la que todo el mundo espera que dé un golpe en la mesa. De esas en las que necesita enganchar a una afición falta de estímulos. De esas donde todo puede ser mágico. De esas donde no se tolera el fracaso. No, no es cualquier duelo el que enfrenta al equipo de Juan Ramón Muñiz con el enrachado Sporting de Gijón. Es noche de demostrar, de dejar los discursos vacíos en la sala de prensa, de poner en el verde todo lo que se tiene.
Y es tan así porque el último partido antes de entrar en la recta final, esa de diez encuentros que lleva todo el campeonato mencionando el mismo Muñiz en ruedas de prensa y entrevistas. Y es tan así porque La Rosaleda lleva más de dos meses sin celebrar una victoria. Después de conseguir ganar al Lugo por 2-1, los malacitanos sólo han sido capaces de sumar tres puntos de 12 posibles (tres empates ante Almería, Las Palmas y Deportivo y una derrota frente a Osasuna).
Enamorar a La Rosaleda es uno de los retos de este Málaga. Su estajanovismo es también su talón de Aquiles. Muñiz tiene una idea fundamental de cómo se debe jugar al fútbol, especialmente en Segunda División. Y eso choca frontalmente con el gusto general del feudo malagueño, de un paladar distinto. Pero hay una vía que a estas alturas contenta a casi todos, que es la del resultado.
También es fundamental asestar un golpe directo al mentón al Sporting si no quieren ver cómo se termina de envalentonar el conjunto rojiblanco, que después de cuatro encuentros consecutivos ganando (el último de ellos con polémica ante el eterno rival, el Oviedo) están a punto de colocarse en la zona de play off.
Los gijoneses llegan a Málaga sin Carmona, que posiblemente es su mejor futbolista. Aun subidos en una nube, recelan. Tanto el entrenador rojiblanco como Babin aseguraron durante esta semana que del Málaga les preocupa todo. Desde los conceptos como bloque a las diversas individualidades.
En el Málaga, paralelamente, hay debates abiertos acerca de cómo jugará el equipo y quiénes serán los que salten al terreno de juego. Muñiz no dio la más mínima pista en su última comparecencia ante los medios de comunicación. La lógica diría que si una cosa funcionó bien y además se ganó (4-4-2 ante el Nàstic), para qué cambiar. Sobre todo cuando se viene de sacar pocos beneficios del 4-1-4-1. Pero la baja de Harper invita más aún a la duda. Para mantener dibujo, Muñiz tendría que tirar de Seleznov o inventarse un enganche (Adrián, Pacheco o Mula).
No es la única cuestión en el aire. En principio no debería existir debate en la portería y Munir será titular, pero Kieszek dejó el listón alto en Tarragona. de N’Diaye se sabe que es una pieza casi intocable, pero la experiencia del partido en Elche dice que a lo mejor hay que cuestionarse si tras tantos kilómetros y su participación en dos citas internacionales, igual sería mejor que aguardase en el banquillo.
Otro fijo que regresa es Pau Torres. El central debutó esta semana con la selección española sub 21 un día después de perderse su primer partido liguero con el Málaga. Diego González ocupó su vacante y formó pareja con Luis Hernández. Ambos estuvieron acertados y dejar a alguno en el banquillo sería injusto. Tres titulares por méritos para dos puestos.
Luego están los extremos, los puestos que más bailan en este Málaga. Se turnan para hacer buenos y malos partidos, por lo que adivinar quién juega es imposible. Sólo Muñiz y sus allegados de confianza lo saben. Alejo, Pacheco y Ontiveros deben repartirse los dos puestos, pero hay más balas. En punta, quién si no, Blanco Leschuk.
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