La despedida de Guede en La Rosaleda.
La despedida de Guede en La Rosaleda. / Málaga Cf
F. G.

23 de septiembre 2022 - 06:13

Pablo Guede traía una carta llena de agradecimiento y menciones para su despedida. No la leyó ni era su intención hacerlo. Se apoyó en ella como guía, pero poco a poco fue levantando la cabeza y viendo caras rotas de gente a la que aprecia. Eso le fue llevando a tomarse varias paradas para no olvidarse de nadie, para tomar aire y respirar, para seguir agradeciendo.

"Los sentimientos a veces son más fuertes que la realidad. Esto es fútbol, entra o no entra la pelotita, pero lo que queda en la vida son las personas. Gente de oficinas que me tuvo que aguantar varias veces. Agradecerles a ellos todo lo que hicieron en el día a día para que mi estancia fuera maravillosa. Agradecer a los chicos y chicas de seguridad que me abrían las puertas todos los días a las 5:45. También a Manolo Gaspar y José María, empezamos con una ilusión tremenda que nadie se la puede quitar. Tienen un montón de futbolistas, ganaron trofeos que no se dan, el del trabajo, el de la perseverancia. No tiran la toalla. Paco, míster (Tapia), Chispa, gracias a todos", fue recordando sobre la marcha.

"También al cuerpo técnico, que fueron mis fieles escuderos. Teníamos un sueño, Capi (Bravo), Antonio, Kike, Julio, Toni, Capita… Ellos son realmente los que me aguantaron, se lo quiero agradecer de corazón, estuvieron siempre ahí al lado. Antonio (Tapia) y Capi, es un privilegio. No quiero olvidarme de nadie. La Cueva, en verano a las 10-11 de la noche buscando… Enano (Víctor, jefe de prensa), un placer trabajar contigo. Toni, utileros, fisios… se volcaron en todo lo que quise hacer. El Doki (Pérez Frías), ¿dónde está? Agradecerte de corazón que te quedaras, que sé que te quedaste porque estábamos nosotros", enumeró mirando a cada cual con cariño y tristeza.

"A los jugadores ya les dije todo. Adri (Adrián López, también personalmente delante de todos porque creo que me llevo de ti una humildad, un trabajo... te lo dije delante de todos tus compañeros, que te mereces retirarte en el campo y marcar el gol del ascenso. Gracias por no haberte retirado e intentarlo", sorprendió Guede, que siguió: "Agradecer a mi familia y decirles que no me voy triste ni dolido, ni nada, porque sé que esto es fútbol, la pelota entra, no entra, da lo mismo.

"Me trataron con el mayor de los respetos a pesar de la crítica, hacen su trabajo y lo entiendo, pero notaba el cariño cuando bajaba de las ruedas de prensa", espetó a los medios.

"Como persona me voy orgulloso porque cumplí el sueño de mi vida, que era volver a entrar acá con la cancha llena. Y lo logré. Ahora lo que el futuro depare. Soy un privilegiado de haber vuelto a entrar en este templo y que la gente coree tu nombre. También me llevo el 'Guede, vete ya', porque también eso es el fútbol y no quiero olvidar nada. Me voy por lo que dije, les agradezco a todos de corazón y apoyen a muerte a todo este grupo que nos van a dar grandes satisfacciones y son los indicados para llevar a este club donde se merece.

La carta de despedida de Guede

"Hace ya 25 años desde que llegué a Málaga. Aquí conocí a una ciudad maravillosa habitada por una gente increíble. No tardé nada en darme cuenta de que había encontrado mi hogar al otro lado del charco.

El equipo que me encontré era una familia real y con ellos viví mi mejor momento como jugador y persona, logrando dos ascensos consecutivos y devolviendo al MCF a su lugar, la Primera División. Este club no merece menos, indudablemente. Aquella tarde del 28 de junio de 1998 quedó grabada a fuego en mi corazón. Es más, soy abonado desde aquel momento y nunca he dejado ni dejaré de serlo", comenzó.

"Como entrenador, regresé con la firmeza de devolver al club a su lugar natural, la Primera. Llegué en una situación muy complicada que conseguimos resolver entre todos. Tras una pretemporada realmente ilusionante, todo hacía indicar que nos esperaría un año muy bonito. Sin embargo, como todos sabemos, los resultados del comienzo de liga nos lo habría podido soñar ni en mis peores pesadillas.

Me toca despedirme con un sabor de boca muy distinto a la vez anterior. Con todo el dolor de mi corazón. Sé que no dudáis de mi trabajo y compromiso, me reconforta los mensajes de cariño que me llegan por vuestra parte", seguía su carta.

"Me gustaría dedicar unas palabras a todos los empleados del club que me han apoyado en todo momento. A la confianza de José María Muñoz, de Manolo Gaspar, directiva, jugadores, utilleros, seguridad, cuerpo médico, comunicación, mantenimiento y todos los empleados del MCF que me lo han puesto realmente fácil en el día a día. A Josemi por estar siempre a lado mío. Quisiera hacer una mención especial a mi staff técnico. Con ellos he compartidos horas y horas de trabajo que demuestran un compromiso con estos colores absolutamente desbordante", mencionó.

"Por último, despedirme de vosotros, malaguistas. Estoy profundamente orgullos de vosotros. No hemos tenido suerte, pero quiero deciros que era, soy y seré uno de los vuestros hasta el último aliento. Esta es una Familia Malaguista y no puedo sentirme más orgulloso de pertenecer a ella. Memoria, Compromiso y Fe", cerró.

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