Algo más que un partido de leyendas, algo más que la historia del Málaga CF

El paso del tiempo no siempre es generoso con los cuerpos, pero sí lo es con los recuerdos. Es gentil con las leyendas. A la memoria colectiva le sientan bien las canas. La reunión intergeneracional del Málaga sobre el césped de La Rosaleda fue algo más que fútbol. Fue el pegamento del malaguismo de los últimos 25 años. Fue el día de los niños que preguntaban en la grada si había salido ya “Van Mistelroy”, de talluditos muriendo por una foto con Sandrito o Rufete, de los que nunca vieron volar a la Gaviota en vivo y en directo.

Reunió el Málaga a los Peiró Boys con parte de los padres de la Champions y de la generación que pasó por las manos de Tapia. Delante un conjunto de la AFE donde también había malagueños y malaguistas infiltrados. El 120 aniversario del primer partido disputado en la capital parecía algo forzado, pero ha tenido un colofón de auténtico lujo que en directo presenciaron más de 8.000 personas. Mereció la pena por esta cita y por esa camiseta. Y por el saque de honor de Joseíto Gallardo y Roberto Gómez en justo recuerdo de José Antonio Gallardo y Juan Gómez Juanito.

El resultado, como decía el cántico, era lo de menos. En el Málaga jugaron para empezar Rafa; Bravo, Dorado, Brahim, Roteta; Ruano, De los Santos, Movilla, Quino; Sandro y Basti. Dieron paso escalonadamente a Sánchez, Broto, Juanito, Fernando Sanz, Rufete, Juan Rodríguez, Musampa, Valcarce, Gerardo, Catanha, Koke Contreras, Josemi, Juanma y se cerró con Willy Caballero, Camacho, Weligton, Jesús Gámez, Duda, Salva, Van Nistelrooy y Baptista. Delante un combinado interesante de clásicos del balompié patrio: Kameni, Carlos Martínez, Marchena, Raúl Bravo, Sergi; Casquero, Rivera; Capel, Capi, Capdevila; y Tristán. Eso de inicio. Después de Calatayud, Jaro, Rivas, Juanlu, Sergio Sánchez, Guirado, Aranda, Bezares, Bodipo, Tello, Varela, Morales.

Capi (11’) y Tristán (22’) abrieron brecha. Catanha recortó tras un taconazo de Gerardo (36’) y Salva Ballesta (78')a centro medido de Duda volvieron a emular años dorados. La guinda la puso Willy Caballero, abrochando el 2-2 como antaño.