El Málaga, atento al peligroso umbral de la jornada 34 en LaLiga Smartbank por el Covid-19
A partir de la siguiente jornada, los aplazamientos por Covid-19 se dificultan y pueden costar derrotas directamente a los equipos afectados
Las bases y normas de la competición aprobadas por RFEF y Liga así lo recogen
Hay que resolver cuanto antes porque las normas por las suspensiones de partidos por el Covid-19 se endurecen en el tramo final de temporada. Es el mensaje que lanzó Sergio Pellicer en la sala de prensa del Anxo Carro. ¿Qué quería decir el técnico malaguista?
En las nuevas normas y bases de competición de Primera y Segunda División adaptadas a la situación generada por el Covid-19 que acordaron Liga y Federación al comienzo de la temporada se recoge explícitamente que a partir de la jornada 34 de Segunda División, la próxima que se debe jugar, se entra en un territorio distinto en el que los brotes de Covid-19 pueden tener consecuencias deportivas más serias. Esto dice la normativa. “En caso de imposibilidad de celebrar un encuentro como consecuencia de hechos relacionados con la pandemia de COVID-19, tales como la no disponibilidad mínima de al menos 13 futbolistas habilitados entre jugadores de la primera plantilla y de los equipos dependientes o filiales, la imposibilidad de desplazamiento por causa de prohibiciones sanitarias, el cierre de instalaciones siempre que esta situación se produzca dentro de las 48 horas anteriores a la disputa del encuentro u otras de naturaleza similar derivadas de la COVID-19, se deberá acordar el aplazamiento del encuentro a una nueva fecha según las normas que se señalan a continuación. El número máximo de aplazamientos para los clubes de Primera División por las causas señaladas anteriormente será de un único encuentro y de dos encuentros para los clubes de Segunda División”, se recogen en las citadas bases de la competición que se publicaron en septiembre, antes del inicio.
Pero, acto seguido, aparece la excepción a la que se refería Pellicer. “En todo caso, no será posible el aplazamiento de los partidos cuando las circunstancias descritas anteriormente se produzcan con posterioridad a la Jornada 30 en Primera División y a la Jornada 34 en la Segunda División”, se asegura en las normas aprobadas por clubes federación, al tiempo que señala las consecuencias: “Superado el límite de encuentros que pueden suspenderse o cuando los mismos se produzcan en las últimas jornadas señaladas se dará por ganador (3 a 0) al equipo que estuviere en disposición de disputar el partido y si fueren los dos equipos los que estuvieren en no disposición de disputar el encuentro por causas de la COVID-19, el encuentro se dará por perdido a ambos equipos. En ninguno de estos supuestos será de aplicación la infracción de incomparecencia prevista en las normas disciplinarias”.
Así, pues, a partir la siguiente jornada, el encuentro que el Málaga jugará ante el Albacete en La Rosaleda (domingo 11, 14:00 horas), las consecuencias de un equipo que sufra un brote de Covid-19 serán más importantes que hasta ahora, cuando la reprogramación de duelos ha sido más factible. Hay un brote que ha propiciado que el Mirandés no pueda jugar sus últimos dos encuentros y aún no está confirmado que pueda jugar la próxima jornada, por ejemplo.
El final de la Liga está previsto el 30 de mayo y hay cuatro jornadas previstas entre el 16 y el 30. O sea, que el tramo definitivo está ya comprimido y dificultaría la reprogramación de encuentros. Un factor, aparte del obviamente más importante, la salud colectiva, para que los jugadores y clubes extremen las precauciones en los dos últimos meses de competición. Las consecuencias para los equipos que tengan mucho en juego pueden ser importantes. Hasta ahora, en el Málaga los casos que ha habido, como el último de David Lombán, han sido aislados y no se ha producido un brote en el seno del plantel.
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