Esto no es penalti

Gálvez Rascón, a instancias de Varón Aceitón, rectificó la decisión del que parecía claro penalti por manos de Lucas Ahijado

Lucas Ahijado corta en el área el pase de Joaquín Muñoz. / Marilú Báez

Vuelve a hervir el malaguismo con el arbitraje padecido ante el Real Oviedo. Un entradón de Rodri con los tacos sobre el tobillo de Cristian se queda en amarilla y el árbitro VAR no revisa. Sí lo hace después de unas manos claras de Lucas Ahijado que Gálvez Rascón decreta penalti. Desde Las Rozas, Varón Aceitón le pide que la revise.

Joaquín Muñoz habilitaba a Jairo para quedarse solo ante Femenías, pero Lucas Ahijado cortaba el balón con la mano. Eran ya los 10 últimos minutos del partido y dominaba el Oviedo con el 1-1, pero la contra del Málaga había sido efectiva. No parecía haber dudas, pero sí desde Madrid.

Y, tras varias tomas, en las que no había ninguna duda de que Lucas cortaba con la mano, Gálvez Rascón revocó la decisión que había tomado en primera instancia. La razón, que el jugador tenía la mano apoyada en el suelo. Un criterio discutible, porque de esa manera cubre más hueco a la hora de impedir el pase. De hecho, se han visto señalizados penaltis muy similares previo visionado de las imágenes. Pero los dos árbitros, el de campo y el de VAR, entendían que esta circunstancia eximía al Oviedo de la pena máxima a favor del Málaga.

¿Qué dice la norma? "Manos apoyadas sobre el terreno de juego o deslizándose sobre el mismo, en las que el jugador no hace ningún movimiento intencionado o voluntario para interceptar el balón, sino que usa el brazo como herramienta o soporte para mantener el equilibrio, debajo del cuerpo y apoyado en el terreno de juego. En estos casos, el árbitro no deberá sancionar la mano, entendiéndolo como una acción derivada del propio desarrollo del juego y accidental", dice la normativa. Según este concepto, estaría bien revocado, pero no queda ahí la norma, que especifica más tarde: "No obstante, si el jugador realiza un movimiento con la finalidad de tocar el balón u ocupar un espacio “haciéndose más grande” para interceptar el balón, la sanción técnica correspondiente (libre directo o penalti) y disciplinaria, si fuese necesaria, serán adoptadas

por el colegiado".

¿No tiene ninguna intención Lucas de jugar el balón? El árbitro entiende que sí en primera instancia, pero después se desdice tras ver las imágenes. Lo único cierto es que el pase de Joaquín Muñoz dejaba solo a Jairo ante Femenías y Lucas lo corta con su mano. Gálvez entendió que voluntariamente en un principio, después que no. Pero sorprende que el VAR manda revisar una infracción que ya había sido juzgada por el árbitro.

El concepto de penaltis y manos confunde a jugadores, entrenadores y árbitros. En esta ocasión, los dos colegiados vieron lo mismo. El caso es que el Málaga, que justamente vio expulsado a Escassi por dos amarillas, suma ya 31 jornadas sin ir a los 11 metros. Sigue creciendo el número de partidos en los que el Málaga se siente perjudicado. "Hay acciones donde nos sentimos perjudicados. Está desnivelado y es difícil la actuación arbitral. La interpretación no nos está favoreciendo. Si no corta el pase se queda Jairo sólo. Y si ocurre en la línea de meta... No nos podemos focalizar en eso, no soy nadie para quejarme, los profesionales estamos para trabajar. Me tengo que enfocar en que nos está costando como local", decía Pellicer. Es compatible analizar que el Oviedo fue mejor durante los 90 minutos con que las decisiones arbitrales volvieron a perjudicar al Málaga.

Yanis Rahmani también se manifestaba sobre lo que le había dicho el colegiado para revocar la decisión. "Con la acción del penalti, el árbitro dice que ve que tiene la mano apoyada", decía el francoargelino.

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