De los pitos a Antoñito Cordero y su (no) renovación con el Málaga CF

Puede que se haya cruzado un punto de no retorno pese a que Loren guardaba esperanzas

La crónica del Málaga-Cartagena: 'Calladito pero matón'

El penalti decisivo, de Gabilondo al júbilo de Antoñito Cordero
Cordero y sus compañeros celebran con la grada / Carlos Guerrero

Antoñito Cordero cumple 18 años en unos días. Soplará las velas de viaje con la selección sub 19, donde es figura destacada. También en el Málaga, donde todavía es su pichichi y máximo asistente de la temporada 13 partidos después. En Segunda, ojo, donde se ha estrenado hace poquito pero ha demostrado su valía.

Sin embargo, unos cuantos ya se han bajado del carro del héroe de Tarragona a cuenta de su (no) renovación con el Málaga. Fue desagradable escuchar silbidos cuando entró e inconcebible que siguieran sonando en su casa, La Rosaleda, cuando tocaba el balón. En pleno partido, con el equipo jugándose los cuartos. Lo que se llama un tiro en el pie.

Cada uno es libre de tomar sus propias decisiones, sólo faltaría. Unos de señalar y castigar con sonidos de viento. Otros de cambiar de rumbo, de casa, si así lo estiman oportuno o necesario. No obstante, igual es el momento preciso para poner algo de contexto en el caso del jerezano, muy mal gestionado por los máximos dirigentes de la entidad de Martiricos.

Se han esforzado desde la cúpula en poner al jugador a los pies de los caballos, que el relato le deje como traidor y pesetero antes de volver a asumir una gestión mal cocinada por parte del Málaga, antes de que esos pitos sean para ellos. No es que negocien con santos (tampoco en el lado del futbolista se ha actuado correctamente en ciertos momentos), pero desde luego no han sido en Martiricos los más hábiles del globo en este caso, como no lo fueron con Roberto, Cristian o Álex Calvo.

Que a Pini Zahavi le interesa mover al jugador y empezar a facturar lo antes posible no sorprende a nadie. Tampoco que se enroque gozando de una posición de fuerza tan clara. ¿Qué esperaban? ¡Si han puesto en el escaparate a un jugador que acaba en 2025, que en enero puede firmar con quien quiera y al que el Barça ya tentó antes de estrenarse en Segunda y formar tres o cuatro líos gordos!

Es el Málaga quien filtró de manera interesada que no les responden a los correos, mensajes ni llamadas, para luego confirmar en una reunión que bueno, que en realidad a la oferta inicial sí contestaron que en vez de tres años, sólo dos y además que le subieran la plata o le bajasen la cláusula pretendida. Propuesta inicial muy a la baja y lejos de las expectativas del entorno del jerezano, que también tiene su miga. Pero en lugar de tender puentes, el pesimismo ha llevado a la histeria y se ha dinamitado todo.

Se les ha ido el asunto de las manos, aunque esconda una jugada suicida en la que esperan que quizás -en este contexto agrio- fuerce a algún club a tratar de fichar a Cordero en invierno si el clima se vuelve del todo irrespirable. Por lo pronto, las esperanzas de Loren Juarros -el que más ha luchado por esta renovación y que seguía pensando que se había perdido alguna batalla mas no la guerra- han sido cercenadas. Estos pitos simbolizan un punto de no retorno.

Como siempre, a Pellicer le va a tocar recoger los cristales rotos. Porque ahora es una cuestión también de gestión personal y de grupo. El vestuario no es impermeable, Cordero es muy querido y ojito derecho de muchos. Rompe el equilibrio del día a día porque el sufrimiento se comparte en un bloque tan homogéneo como lo hacen las alegrías. Además, esto empuja a la afición a tomar partido y genera trincheras y tensiones. Esta no es una historia de buenos y malos, lo es de hechos y decisiones, de aciertos y errores. Pero cuidado con las mechas que se prenden a destiempo que así empiezan muchos fuegos.

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