Un plantel lleno de retos
Exigua pero compensada y con 14 nuevos, la plantilla del Málaga está llena de pormenores
El filial completa la regla de dos por zona del campo
Está sancionado, tiene un limite salarial mínimo, una capacidad nula de inversión y la orden de no tener más de 18 fichas profesionales. Con esos bueyes, no parece haberle quedado mal el sembrado a Manolo Gaspar. Habrá que esperar la cosecha. La plantilla del Málaga está repleta de pequeños retos a superar por sus elementos. 14 jugadores nuevos y sólo cuatro supervivientes del año pasado que tendrán como red de salvación la cantera, eterna, con buenos mimbres, pero demasiado joven para soportar un peso excesivo durante mucho tiempo.
Llegó el día final del mercado y al Málaga sólo le quedaba una ficha por cubrir. La principal incógnita estaba desvelada, la llegada de Joaquín fue una bola extra con sabor a fichaje de postín. Pero el interrogante de si el Málaga podría hacer un equipo compensado y sin opositar claramente a evitar el descenso se resolvió antes de tiempo. Con el complemento de los filiales, el equipo tiene dobladas las posiciones y la polivalencia de algunas de sus piezas servirá para los contra tiempos.
Este año hay dos porteros con ficha, cuatro centrales y dos laterales –que junto a Cristo e Ismael completan dos zagas–; lo mismo pasa con las teóricas cuatro piezas del centro del campo donde Hicham completa la rotación y Ramón es un comodín; y luego hay tres delanteros que pueden complementarse con Larrubia o el propio Joaquín. Dentro de lo exiguo, el principal propósito de las direcciones deportivas de ofrecer al menos dos piezas por zona del campo se ha cumplido este año en Martiricos. Los canteranos que cierran esa premisa son, además, de los más utilizados en los últimos años y los que mejor proyección tienen. No es una configuración casual. Y se empezaba casi de cero.
Sin embargo, las circunstancias han hecho que un puñado de incorporaciones necesiten tiempo y suerte más allá del rodaje con el que cualquier equipo o jugador debe contar para tener el ritmo de competición suficiente. Piezas de teórica gama alta como Jairo, Orlando Sá o Chavarría llegan con muy pocos minutos en la campaña anterior o con la necesidad de volver a encontrarse bien después de superar lesiones. Matos, por ejemplo, es otro de esos casos con poco tiempo de juego pero que ha contado como titular desde que llegó y deja ver que ha acortado tiempo de adaptación. De momento, funciona.
Otros jugadores como Cristo llevan tiempo en el dique seco, recuperándose y pasarán semanas hasta que puedan competir de verdad por el puesto. Lombán, también se recupera. Además, está la bisoñez de la parte que viene de la cantera. Aunque la hornada de jugadores que tiene entre manos Sergio Pellicer procedente de las categorías inferiores ha demostrado que tiene calidad para diferenciarse del resto de contrincantes de su edad, el salto a profesionales es difícil.
Por suerte, el entrenador conoce los pormenores de los filiales, sabe de sus puntos de exigencia y su continuidad es uno de los puntales una reconstrucción tan profunda como la que ha llevado a cabo el equipo malagueño.
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