"Si hubiese público, media Rosaleda sería mi familia"

Antoñín vuelve a La Rosaleda con más partidos y goles pero menos minutos de los que precipitaron su venta hace un año

Antoñín celebra uno de sus seis goles con el Rayo Vallecano. / Rayovallecano

17 de febrero 2021 - 07:48

Convulso, inesperado, el febrero de 2020 en La Rosaleda trajo un saco de cambios institucionales y se llevó a Antoñín. El canterano había debutado en la primera jornada de Liga con el primer equipo y era la pieza más brillante del plantel. El Granada se lo quedó y el conjunto de Martiricos recolectó millón y medio de euros más variables. Este fin de semana regresará a la capital de la Costa del Sol como una de las figuras importantes en un equipo que pelea por ascender. En Martiricos fue una estrella fugaz.

“Me enfrento al club que me lo dio todo, que me aupó a donde estoy a día de hoy y es una motivación, un plus. No es lo mismo que con público, porque con público, media Rosaleda sería mi familia, seguro”, bromeaba ayer Antoñín en los micrófonos de COPE Málaga. El punta atraviesa una campaña especial para él, de rodaje. Si la pasada temporada se le abrieron las puertas de Primera y de la Sub-21, ahora pugna por ser uno de los elementos desequilibrantes de la categoría. Hasta ahora y a pesar de varios percances que le han mantenido en el dique seco varias semanas de competición, suma 16 partidos –11 como titular– y seis dianas en Segunda –una al Málaga en la ida– lo que le catapulta como máximo anotador de su equipo que suma 30 en total. El malagueño crece y uno a estos parámetros los conseguidos en la segunda mitad del curso pasado en el Granada: ocho envites y una diana en la máxima categoría.

“Soy joven , voy madurando poco a poco. Son experiencias que te hacen crecer, madurar y voy poco a poco, algo más maduro. Pertenezco al Granada, estoy centradísimo en el Rayo pero es verdad que el Málaga, claro que sí. No sé cuando. Sería mi ilusión retirarme o no retirarme, sólo jugar en el Málaga, porque fue muy corto pero muy bonito”, reconocía el jugador que tiene clara la situación en la que su equipo visitará La Rosaleda: sexto con 41 puntos, a diez del líder y con un pequeño escalón de cuatro puntos sobre el séptimo puesto. El objetivo de los vallecanos es no perder comba y tratar de subir a posiciones más favorables para asaltar Primera en la recta final del campeonato. “Este partido es súperimportante para los dos equipos. El Málaga no está teniendo resultados en casa y nosotros venimos de varios partidos sin la victoria. Tenemos que ir a ganar para nuestras aspiraciones”, explicaba Antoñín.

Es curioso, pero el grueso de los números –24 partidos y siete goles– que el punta suma entre Granada y Rayo es mayor de los que le sacaron de Martiricos como una de las principales perlas del equipo malacitano. Hasta la jornada 29 en la que ya no se vistió (el Málaga gano 2-0 al Racing ante casi 25.000 malaguistas), el canterano sumaba 22 partidos –16 como titular– y cuatro dianas en un conjunto que necesitado de pólvora. Era su primera campaña en el primer equipo, con 19 años y un desparpajo inusual para un debutante. Sin embargo, en el capítulo de minutos jugados, Antoñín aún tiene que correr para llegar a los 1559 minutos que disputó con la blanquiazul (suma 1152 minutos hasta ahora, 943 en el Rayo Vallecano).

Pero más allá de la estadística, el retorno a Martiricos será especial en lo sentimental para el atacante: “Jugar con el Málaga es un sentimiento que voy a llevar en el corazón, es mi equipo, mi ciudad, mi gente, mi ilusión, es todo. Nunca voy a celebrar un gol contra el Málaga por respeto a la afición y a los compañeros que fueron quienes me dieron el salto. Nunca lo voy a celebrar ni ahora ni dentro de cinco años. No me sorprende la buena marcha del equipo, conocemos al míster. Pellicer siempre tiene a todos muy metidos”, explicaba el delantero que ya le marcó una diana al conjunto blanquiazul en la primera vuelta.

En su día a día, reconoce hablar con miembros del vestuario blanquiazul y señala a Luis Muñoz como uno de los más cercanos a él: “Le estoy súperagradecido de cómo me ayudó en la subida al primer equipo, lo conocía del barrio, pero me ayudó mucho en el cambio. Digo que es como mi hermanito”. El domingo, en horario preferente y en abierto, volverá Antoñín a una Rosaleda vacía. Faltarán entonces un par de días para que se cumpla un año de su venta al Granada. Quién lo diría.

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