No se puede hacer peor

El Málaga acabó la temporada como el 38º club de España, el primero que no perdió la categoría

Es la peor puntuación en Segunda de la era CF

Errores que no se pueden repetir

El mapa contractual de la plantilla

José María Muñoz, Manolo Gaspar y Capote. / Javier Albiñana

El Málaga cerró en Lugo su peor temporada histórica desde que en 1998 se consiguiera el ascenso a Segunda División. Sólo había obtenido un puesto y una puntuación peor mientras se estaba en una categoría superior. El 18º lugar y los 45 puntos retratan que las cosas en esta temporada 2021/22 se han hecho bastante mal. En términos absolutos, el 38º equipo del fútbol profesional español, el primero que no se cae al abismo de Primera RFEF. Es también la peor puntuación en las siete temporadas en Segunda que se han jugado en la era Club de Fútbol. Se entiende la dificultad de un contexto de inestabilidad por los problemas judiciales y es anormal que sea un administrador la cabeza visible del club desde hace más de dos años. Pero el equipo tuvo mejores resultados y ofreció mejor impresión en las dos temporadas anteriores, en las que jugaba con una navaja en el cuello porque no era la permanencia lo que se estaba en liza, sino la pervivencia del club. Y en condiciones extremas, sólo con 18 jugadores profesionales y un límite salarial raquítico. Pero entonces hubo más tino, igual por necesidad, en la elección de los actores.

Más dinero, sin exceso, pero peores resultados. La ecuación deriva en que ha habido muchos errores en todos los segmentos del club, de arriba a abajo. Es sintomático que el mejor entrenador, números en la mano, ha sido José Alberto López. El asturiano consiguió 31 de los 72 puntos en disputa mientras estuvo al frente en 24 jornadas, un 43% del total. Con Natxo González se desplomó el equipo, fueron seis puntos en 10 partidos (20%). Con Pablo Guede se revitalizó algo numéricamente en una deriva muy peligrosa. Fueron ocho puntos de los 24 posibles (33%), con dos derrotas feas con Burgos y Lugo que hubieran maquillado algo el tramo final. Pero igual es mejor así para hacer un análisis descarnado y sin titubeos desde dentro. El Málaga ha sido el peor equipo de los que se han mantenido en Segunda. El aviso está ahí, son ya tres temporadas en la segunda mitad de la tabla. El margen de error y el crédito de todos ha disminuido.

Es evidente que es necesaria una limpia en la plantilla. Quizá sólo Aleix Febas se quede de los que acaban contrato o cesión. El nivel de Segunda será, si cabe, más fuerte el año próximo. Los tres equipos que descienden (Alavés, Granada y Levante) son muy potentes y sólidos. Por ejemplo, los vascos y los andaluces han jugado una final de Copa y unos cuartos de final de Europa League en el último lustro. Y van a hacer plantillones, como denotan sus movimientos. Desde Primera RFEF llegará un histórico como el Racing y el Andorra con el dinero de Piqué más otros dos equipos de buen nivel. Más los clásicos Oviedo, Sporting, Zaragoza y los que no consigan subir. Y el Málaga deberá acertar.

Pablo Guede afirmaba que este lunes empezaría la toma de decisiones en la planificación. El argentino ha tomado estos dos meses como un máster acelerado para conocer a fondo la categoría y también al club del que se marchó más de 20 años atrás. De la confluencia entre lo que buscan Manolo y Guede, si el matrimonio tiene recorrido, de los recursos que pueda generar el club con sus limitaciones y de cómo se desarrolle la situación judicial puede fluctuar todo. Hay dos situaciones (el recurso de casación presentado por el jeque y la emisión de la orden de búsqueda y captura) que deberían resolverse antes del verano. El jeque Al-Thani ha movido hilos con el nuevo y prestigioso bufete madrileño que contrató, pero todo es muy etéreo. Hay quien ve la perpetuidad de esta situación hasta que los delitos prescriban (10 años en términos económicos, sería hasta 2026/27) y el jeque vuelva al club.

Hay una frase de José María Muñoz la última vez que habló públicamente, en la inauguración de LaLiga Genuine, que entonces pasó algo desapercibida, pero que tenía su intríngulis: “El año que viene lo que está previsto es mucho mejor que éste. El peor escenario nada más que lo sé yo y el mejor escenario nada más que lo sé yo. Hasta que no termine la temporada no quiero hacer ningún tipo de comentario sobre ello”, decía entonces. Es momento también para que se exponga el plan. Su poder ha crecido bastante, también la exigencia.

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