Real Zaragoza-Málaga CF: Como irreductibles galos (0-0)

Tras la injusta roja a Kevin, el equipo de Pellicer dio una exhibición de resistencia en La Romareda

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El Zaragoza-Málaga CF, en fotos
Una imagen del Zaragoza-Málaga CF / La Otra Foto

El Málaga sigue sin perder, sin recibir goles y escalando posiciones. Quién sabe qué más hubiera logrado de jugar en igualdad numérica todo el partido, en el que fue mucho mejor que el Zaragoza. Es el punto más redondo de la temporada de los blanquiazules, tirando del manual de resistencia, conviviendo con la angustia, aprendiendo a sufrir. Otra muestra más de que estos jugadores tienen una fe enorme en sí mismos, una fe enorme en quien está al lado. Y algo de mérito tendrá Pellicer en toda esta historia como arquitecto de un equipo que algunas veces parece salido de una aldea gala cual Asterix y Obelix.

Con la misma inercia de las últimas citas, el Málaga arrancó en La Romareda siendo un equipo descarado, que por momentos agarró de la pechera y zarandeó al Zaragoza, un conjunto llamado a estar en la fiesta de los guapos de Segunda.

Los de Víctor Fernández amenazaron un poco al principio, pero no tardó el Málaga en convertirse en ese equipo dominante con el balón y lo suficientemente dinámico como para hurgar en la defensa maña. Lo hizo, sobre todo, apoyado en un Julen Lobete muy móvil, que generó desconcierto entre líneas.

Poussin tuvo que sujetar hasta en dos ocasiones al Zaragoza. Dos desvíos providenciales. Uno a disparo de Larrubia y auxiliado por el poste después de una gran acción personal del malagueño, que rompió a Tasende y Lluis López. La otra, a disparo de Manu Molina, que culminó desde fuera del área otra gran acción colectiva. 

Se inquietaba La Romareda, que no perdonaba las imprecisiones de los suyos y sacaba a pasear los vientos. Pero recibieron la ayuda inestimable del árbitro Lux Franco, el mismo que pitó -regular- en La Rosaleda ante el Elche. Salía Kevin de la cueva conduciendo el balón, en un recorte evitando una entrada de un rival se le fue larga. Trató de llegar, pero iba tarde e impactó con el contrario. El colegiado le mostró la roja directa y amonestó a Luismi por el camino. Arcediano Monescillo, de los mejores de la categoría, le dio el aviso desde las alturas del VAR. En las repeticiones se veía que no era roja, que el malagueño encogía la pierna para no hacer daño. No cambió de idea.

Aun así, el Málaga siguió siendo superior que un Zaragoza atenazado y sin ideas. Desbordó Lobete una vez más. Se estiró Gabilondo. Y hasta Roko se animó en el área pasado el 48’ con una maniobra evasiva en el área y un disparo que se marchó cerca de la escuadra.

El descanso era lo mejor que le podía pasar al Zaragoza, que tenía toda la segunda parte para terminar acorralando y doblegando al irreductible Málaga. Víctor Fernández sentó a Adu Ares, que bien pudo ver la segunda amarilla. También a Aguado. El entrenador maño, perro viejo, leyó bien. Pellicer también movió fichas. Retiró a Víctor García, amonestado, y cambió a Roko por Castel.

El Zaragoza adelantó líneas y fue a por el partido. Se acercaba más y más, pero sus mejores opciones solían ser disparos lejanos. El Málaga se defendía como gato panza arriba, trataba de no permitir transiciones y en cuanto recuperaba, intentaba salir rápido.

En algunos momentos angustiaba ver al Málaga achicar balones, doblar y triplicar esfuerzos para compensar la inferioridad ante los locales, que rondaban los dominios de Alfonso Herrero, que tuvo una intervención milagrosa en boca de gol ante Marcos Luna.

Para colmo de males, el inconmensurable Einar Galilea se tuvo que marchar lesionado después de un pisotón de Iván Azón. Era el último cambio de un Málaga titánico, que poco antes tuvo que sentar al fatigado Larrubia por Puga.

Resistió, resistió y resistió el conjunto malacitano, que desesperó al contrario y arañó un punto en Zaragoza que saber mejorque ningún otro, incluso más que el de Cádiz, donde igualó un 2-0. Desde aquel derbi, conviene recordar, Alfonso Herrero no ha vuelto a encajar un gol. El sábado aparece el intratable líder, el Racing de José Alberto López, en La Rosaleda.

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