Los reyes del alambre
Málaga CF
El Málaga sigue superando obstáculos en esta compleja temporada
Ante el Logroñés tendrá que volver a reconfigurarse
El Málaga es el rey del alambre, el funambulismo llevado al siguiente nivel. Es un lo que no te mata te hace más fuerte fusionado con un de algo hay que morir. Se ha tomado su papel en serio, va superando pruebas y baches por el camino de una manera más que solvente, a veces rozando la excelencia. Lo sintetizó Pellicer antes de afrontar el partido ante el Coruxo de Copa del Rey.
“Habrá jugadores que estarán mañana y el domingo. Para nosotros hay jugadores, no titulares y suplentes. El partido de Copa es una oportunidad, una evolución. Es un riesgo y a nosotros nos penaliza el doble, pero estamos siempre viviendo en el alambre, pues vamos a seguir con el pie en el alambre. El fútbol son momentos y los que jueguen mañana tienen que aprovecharlo. Pondremos el mejor equipo para ganar, no para ir y estar. Se lo debemos al escudo”. Era, es, una declaración de intenciones y una buena forma de definir qué es el Málaga a día de hoy y qué quiere ser.
El triunfo en Copa es un baño de autoestima y un trampolín para canteranos que cada vez se ven más dentro como Ale Benítez, Quintana, Julio y Juan Cruz, al que se lleva tiempo esperando (hay que recordar que Jose González le dio la alternativa en el que ha sido el último partido del Málaga en Primera División ante el Getafe en La Rosaleda). Para Orlando Sá sirvió para reencontrarse con el gol. El portugués, el “buen veterano”, está siendo fundamental en la atmósfera del grupo, pero se le necesita estando ya en el ocaso de 2020.
Porque este Málaga del alambre necesita ir moviendo piezas y cambiando unas por otras para encontrar cierto equilibrio y no caerse. Ante el Logroñés no estará el sancionado Caye Quintana. Pero es eso exactamente. Cuando Caye se lesionó por primera vez, parecía insustituible. Y emergió Chavarría para echarse el equipo a la espalda. En cualquier momento puede y debe ser otro. La suma como solución.
Cayó Calero y eso sí genera un problema en la rotación muy serio. El defensa te arreglaba tres posiciones y casi siempre aseguraba un rendimiento mínimo, además de mostrar un gran nivel físico. Teniendo en cuenta los problemas recientes de Casas y Matos, no graves pero continuos, hay jugadores que tendrán que dar un paso al frente.
De momento, la experiencia dice que el Málaga está multiplicando sus escasos recursos para ser competitivo y también dejar cierto poso. Se ha ganado el respeto de los rivales, que saben que no es una Cenicienta. Para despedir el año ante el Logroñés, volverá a tener ausencias notables. Los mencionados, Hicham nuevamente, Jozabed, Juande, quién sabe si Matos... Otra vez a reconfigurarse. La rutina del alambre.
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