La Rosaleda vuelve a la vida en estado de alarma
El club arrancó su trabajo sobre el césped en un primer día repleto de cambios
Volver a aprenderlo todo, pensando en cada momento cual es la manera correcta, por enrevesada que parezca, de hacer las cosas. A cada paso. Frenando impulsos, sin olvidar protocolos, se compartan o no. La vuelta al trabajo con las medidas de seguridad provocadas por la crisis del coronavirus COVID-19 es una papeleta que decenas de miles de malagueños ya conocen y desde el sábado por la mañana también la han probado los jugadores y el cuerpo técnico del Málaga. La Rosaleda volvió a la vida en pleno estado de alarma con la primera sesión de entrenamientos del equipo que dirige Sergio Pellicer en la que las medidas de seguridad marcaron la pauta.
Nunca más de seis jugadores en cada uno de los dos campos de fútbol de los que dispone el coliseo blanquiazul, nunca a una distancia inferior a cuatro metros entre ellos, con desinfección de materiales constantes, dispensadores de gel desinfectante a cada paso, en cada lugar susceptible de paso de un terreno a otro. Desinfección de las
pequeñas cosas, tan pequeñas como la silla en la que se sientan los jugadores para ponerse las botas. Siempre con distancia en el tiempo entre todos y aprovechando los espacios del estadio aireados y algo alejados del terreno de juego.
Y todo eso teniendo en cuenta que las personas que estuvieron en el retorno al trabajo del Málaga en su estadio habían pasado el test para saber si estaban infectados hace apenas un par de días. Con el balón como protagonista y principal diferencia de los entrenamientos que cada jugador ha ido realizando en su casa, los elementos para hacer los ejercicios también eran desinfectados con la periodicidad del uso por distintos jugadores.
Todos las medidas alargaron la jornada de entrenamiento malaguista hasta la marcha del sol. En torno a doce horas de trabajo ya que el club dividió la jornada en dos para que no hubiese demasiados jugadores en el estadio. Pellicer tomó contacto con su plantilla en un momento en el que la parte anímica será clave para afrontar las semanas que aún quedan para que arranque la competición si es que no hay ningún contratiempo antes del fin de semana del 20 de junio, cuando se presume que empezará la maratón de encuentros para finiquitar las 11 jornadas que aún restan de Segunda División.
Una competición nueva, una manera de entrenarse distinta, un buen saco de hábitos a los que aclimatarse y mucho trabajo pendiente en el aspecto físico después de casi dos meses de ejercicio dentro del confinamiento. Ahora el cuidado físico y evitar lesiones musculares por el tiempo sin una carga de trabajo poco habitual incluso en el tiempo de vacaciones es otro de los aspectos a tener en cuenta en la pequeña pretemporada
que ya se ha iniciado en la avenida de Martiricos. El fútbol avanza para volver a encender los focos en medio de grandes medidas de seguridad.
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