Un salto de calidad que pasa por La Rosaleda

El Málaga está mejor, no cabe duda. La era Pellicer le está sentando bien al conjunto blanquiazul, que durante la primera vuelta deambulaba por la categoría y veía cerca el precipicio de la Segunda División B. Ahora sopla el viento diferente. A nivel emocional y de resultados hay una evidente evolución. Por eso, aunque el objetivo principal sea el de mantener la categoría (los puntos no mienten), tampoco puede renunciar a un salto de calidad. Pero eso pasa antes que nada por La Rosaleda.

Cuatro partidos juega el Málaga en este mes de marzo y tres de ellos son en el estadio de Martiricos. La primera de las citas será el próximo domingo 8 ante el Real Zaragoza (16:00 horas). La siguiente, el sábado 14 en el mismo sitio y en el mismo horario, además, también contra otro conjunto aragonés, el Huesca. Las siguientes fechas todavía no tienen horario fijado. Tras estos dos partidos, visita al Heliodoro Rodríguez López para retar al Tenerife (20-22 marzo) y regreso a La Rosaleda para recibir al Extremadura (27-29 marzo).

Lo que suceda en este mes marcará el tramo final de temporada y por eso es tan importante La Rosaleda. Porque de las 12 jornadas que restan para que finalice el campeonato, siete serán en casa. Y el Málaga no pierde en su estadio desde el pasado 10 de octubre ante el líder de la categoría, el Cádiz.

Las estadísticas mejoran desde que está Pellicer en el banquillo, logrando que el Málaga firme 10 puntos de 12 posibles como local con las victorias ante Ponferradina, Numancia y Racing de Santander y el empate frente al Mirandés. El más reciente de sus triunfos se produjo contra los cántabros, con 25.000 malaguistas encendidos en las gradas de su Bombonera. Un apoyo fundamental en una categoría donde reina la igualdad.

Durante esta temporada la afluencia al estadio fue en descenso, situándose habitualmente por debajo de los 15.000 espectadores. Pero el juego del equipo, los resultados y la salida (forzada por la jueza) de los Al-Thani, ha servido para remover los cimientos del malaguismo, hundido de desilusión en una gran parte. La entidad sabe lo importante que es.

Los mensajes del director deportivo, el entrenador y los jugadores van siempre en el mismo sentido. Tampoco el club ha querido dejar pasar la ocasión de recuperar fieles y lanzó un abono para el final de temporada con el que sumar nuevos apoyos. Porque todo el mundo sabe que un salto de calidad pasa por La Rosaleda.