La salvación está a cinco puntos
Ponferradina y Racing empatan en El Toralín (1-1), el mejor resultado posible para los intereses blanquiazules; el Málaga estuvo durante muchos minutos a siete de la permanencia
El fin de semana es un poco menos amargo para el Málaga CF después del empate entre Ponferradina y Racing (1-1), los dos rivales más directos para salir de los puestos de descenso. El mejor escenario posible para los intereses blanquiazules, por lo que la permanencia se queda en cinco puntos, fundamental que el colchón se quede por debajo de los tres partidos de desventaja; a partir de ahí la salvación se pondría muy oscura. Desde otro prisma, duele más aún la derrota ante el Real Oviedo por cómo se podía desarrollar la jornada, con doble enfrentamiento entre los equipos de abajo, pero se habría firmado con sangre después de la catarsis que se produjo en La Rosaleda el pasado viernes. No quita el ambiente de pesimismo alrededor del equipo malacitano, pero reconforta el arrancar una semana sabiendo que el anhelado deseo no está tan lejos. Un pequeñísimo respiro.
Y eso que el Málaga estuvo durante muchos minutos a siete del conjunto de El Bierzo, después del tanto de cabeza de Edu Espiau en el 39, después de un gran centro de Paris Adot. Reaccionaron los de José Alberto López en la segunda parte, el mayor arrepentimiento de Manolo Gaspar, el prescindir del asturiano, y Yeray Cabanzón, a diez del final, pondría el definitivo 1-1 al aprovechar un rechace en el área, muy celebrado por el malaguismo porque entran sudores fríos al pensar en esa cita del Carlos Belmonte del próximo domingo a más de dos partidos de desventaja, y la obligación que supone ganar al Alba, uno de los mejores equipos de la Liga Smartbank. No ha variado el escenario porque los de Pellicer deben arrancar ya a sumar de tres en tres, pero se percibe este resultado como una bala extra. Ya a estas alturas, el Málaga empieza a jugar también en otros estadios, aún en febrero. Se avecina una fase de temporada en la que, o bien te agarras a la categoría y demuestras de verdad que te quieres quedar en ella, o desangrarte aún con muchas jornadas por jugar.
Al salir de La Rosaleda se veía todo oscuro, lloros, llantos y una afición que empieza a hacerse a la idea de lo que puede venir. Los blanquiazules se jugaban la vida ante los de Cervera y la imagen fue paupérrima, inadmisible de cómo se puede dar una versión como tal con lo que había en juego, hasta más allá del resultado, una versión de un equipo que ha tirado la toalla, cadáver, ni siquiera el corazón tapó algo las carencias futbolísticas. Un drama. Al menos la jornada ha podido sonreír algo.
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