Saúl Merino, hermano de Izan, prueba con el Granada

Saúl Merino, el hermano pequeño de Izan, futbolista del Málaga CF, probará estos días con el Granada CF. El club nazarí mandó una carta al Tiro Pichón, entidad a la que pertenece Saúl, solicitando permiso para que el jugador acudiera a tierras granadinas para ser evaluado por los técnicos del equipo rojiblanco. Es una práctica habitual en los equipos de élite con respecto a los de base. El pequeño Merino tiene 12 años y juega en el infantil B del Tiro Pichón, que milita en la Segunda Andaluza de la categoría. Llegó esta temporada procedente de La Unidad, donde había actuado en anteriores campañas.

Hay que recordar que el Tiro Pichón es uno de los clubes malagueños que no firmó el acuerdo marco entre el Málaga CF y los equipos costasoleños, que sí rubricaron más de 60 de la provincia, como se escenificó semanas atrás. El CD 26 de Febrero y el CD Puerto Malagueño, otros dos clásicos del fútbol base de la capital, contaban igualmente con convenios particulares previos a la llegada de Loren Juarros y se han desmarcado del nuevo proyecto colectivo, al menos por el momento.

Izan entró en la cantera malaguista desde muy pequeño, pero su hermano no ha entrado en el radar de la Academia de momento. Pero sí ha llamado la atención del Granada, que en los últimos años, a medida que fue creciendo como club y entidad, paralelamente al debilitamiento del Málaga como entidad por los problemas económicos y la reducción de la inversión, que no la apuesta, en la cantera, sí ha ido pescando con bastante frecuencia en tierras malagueñas. El caso más paradigmático es el de Bryan Zaragoza, que tras probar con distintos clubes y explotar en edad juvenil tras jugar en el Juval, el propio Tiro Pichón y el PTV Conejito fue fichado por los rojiblancos y en pocos años fue traspasado al Bayern Múnich tras alcanzar la internacionalidad. Hay más jugadores malagueños en la cantera del Granada, como Mario González, ahora en el filial y también internacional en categorías inferiores. Anteriormente, la situación era inversa, con Granada como uno de los caladeros malaguistas, como con Ramón Enríquez o Samu Casado.